Durante miles de años, los chinos han utilizado la acupuntura para aliviar el dolor y curar enfermedades. Desde que se descubrió que las agujas de piedra podían calmar síntomas si se aplicaban en puntos específicos del cuerpo, esta técnica se convirtió en una parte fundamental de la medicina tradicional china, alineada con la filosofía que predica que los seres humanos deben vivir en armonía con la naturaleza.
Según Recuerdos del Gran Historiador, escrito por Sima Qian hace cerca de 2.100 años durante el Período de los Reinos Combatientes (475-221 a. C.), hubo un médico altamente cualificado, llamado Bian Que, que se hizo famoso por salvar a un príncipe de la muerte estimulando el punto Baihui de su cabeza con agujas cuando estaba inconsciente.
De acuerdo con la medicina tradicional china, en el cuerpo humano hay una docena de meridianos por los que circula el qi, un flujo de energía vital que nutre los órganos. Como el frío, las infecciones o las enfermedades pueden hacer que se detenga, estimular los puntos de acupuntura puede desbloquearlo y mejorar la salud.
Desde 2010, la acupuntura y la moxibustión de la medicina tradicional china forman parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco. Sin embargo, no se trata solo de prácticas culturales e históricas, sino de técnicas médicas que se utilizan e investigan en la actualidad.
A pesar de tener efectos terapéuticos, durante años ha habido pocos estudios convincentes capaces de explicar cómo funcionaba la estimulación de los puntos clave o qué eran exactamente los meridianos desde un punto de vista anatómico, lo que siempre ha envuelto esta técnica en un halo de misterio. Sin embargo, a raíz de las investigaciones científicas que han proliferado durante los últimos años y del aumento de resultados de mayor calidad, la técnica está ganando terreno en todo el mundo.
Interés académico
Un debate subsiste en torno a sus fundamentos: ¿existen realmente los meridianos? Yang Shengya, director del Departamento de Acupuntura y Moxibustión del Hospital de Masajes de Beijing, explica que se trata más de un concepto funcional que de una estructura anatómica concreta. “El qi y la sangre solo circulan por los meridianos de las personas cuando están vivas. Cuando alguien muere, esto ya no sucede, por lo que sería inexacto compararlos con vasos sanguíneos o con nervios”, señala. “Desde la perspectiva de la práctica clínica, los meridianos describen la función que cumplen las vías circulatorias a través del cuerpo humano. Al morir, esa función desaparece”, explica. “Tal vez en el futuro seamos capaces de explicar qué son exactamente los meridianos, pero el hecho de que algo no se pueda ver no significa que no exista”, argumenta.
Gracias a los estudios que se han llevado a cabo durante el último siglo, los investigadores tienen en la actualidad un conocimiento relativamente profundo del funcionamiento de la acupuntura, señala Jing Xianghong, directora del Instituto de Acupuntura y Moxibustión de la Academia de Ciencias Médicas de China. Según afirma, los científicos chinos han adquirido muchos conocimientos estudiando la analgesia mediante acupuntura, la sensibilización de los puntos clave y los efectos que tiene estimularlos.
En la medicina tradicional china, los puntos de acupuntura reflejan la condición interna del cuerpo. Cuando enferma o se lesiona, los puntos correspondientes se vuelven más receptivos, son capaces de percibir de forma más intensa el dolor y aumentan su sensibilidad al calor, algo que desaparece de forma gradual conforme el cuerpo va sanando.
En 2021, el profesor de la Universidad de Harvard Ma Qiufu publicó junto a otros investigadores chinos, entre ellos Jing, un artículo titulado Bases neuroanatómicas de la electroacupuntura para controlar el eje vago-suprarrenal en la revista Nature. Desde entonces, afirma Jing, la acupuntura y la moxibustión han vuelto a llamar la atención de los investigadores científicos.
Teniendo en cuenta los estudios publicados, afirma que es posible concluir que la transmisión e integración del sistema nervioso resulta fundamental para que la acupuntura funcione. La red neuroendocrino-inmunitaria es el principal soporte de los efectos moduladores de esta técnica y la biología molecular proporciona la base material para explicar sus efectos. Se basa en una red que involucra al sistema nervioso, las hormonas y al sistema inmunológico.
Según un informe de la OMS, la acupuntura es la práctica de medicina tradicional más utilizada del mundo. En la actualidad se practica en 183 países y regiones, de los que 59 tienen licencia legal para ejercerla, de acuerdo con un informe de la Asociación de Acupuntura y Moxibustión de China. Este documento revela que más de 40 países y regiones, entre ellos EE.UU., Reino Unido y Japón, la incluyen en sus guías de práctica clínica como una de las terapias recomendadas para determinadas enfermedades y afecciones, como el dolor y la depresión.