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Arte contra la soledad infantil
Clase de pintura en el taller artístico de Dayuan, provincia de Hunan.

Arte contra la soledad infantil

En un pueblo remoto de la provincia de Hunan, donde los adultos emigran para poder trabajar, los niños crecen casi solos. Un taller de pintura, música y poesía les ha cambiado la vida
YANG WANLI Y FENG ZHIWEI - 10 Sep 2020 9:45

Hace cinco años, Liu Xiu llevó a su mujer a conocer Dayuan, su pueblo natal. Al pisar por primera vez aquella aldea remota de las montañas de la provincia de Hunan, Zhou Yan quedó impresionada: los rostros de los niños le dejaron huella.

La aldea, situada a 20 kilómetros de la población más cercana, contaba en ese momento con un censo de 470 habitantes. Sin embargo, la mayoría de los adultos se habían marchado para buscar trabajo en las grandes ciudades y habían dejado atrás a 60 ancianos y 27 menores sin padres que los cuidaran.

“Todavía recuerdo cómo me miraban”, rememora Zhou, que ahora tiene 30 años y creció a su vez en una pequeña localidad de Hunan. Al ver aquello pudo constatar que la misma historia seguía repitiéndose desde que era pequeña. “Mis padres también se fueron del pueblo para ganarse la vida cuando era niña y me sentí profundamente herida”, relata.

Sin embargo, a diferencia de muchos amigos de la infancia que corrieron igual suerte que ella, Zhou pudo ir a la universidad. Tras estudiar cuatro años en la Escuela de Arte Intermedio de la Academia de Bellas Artes de China en Beijing, consiguió su título. Su marido Liu, de 39 años, es experto en guqin, un instrumento tradicional chino de siete cuerdas con miles de años de historia. No solo lo toca, sino que también lo fabrica de manera artesanal.

Los dos saben lo duro que es tener que dejar a la familia para buscar una vida mejor y conocen el alto precio que a veces hay que pagar. Por ello, la pareja decidió tomar partido e inclinar la balanza a favor de los niños que se quedan solos. “Se comunicaban poco con sus abuelos y estaban casi todo el día con aparatos electrónicos”, señala Zhou. Para ella, “en un entorno donde escasea el amor”, era evidente que “necesitaban recibir más cuidados por parte de la sociedad”. 

La creatividad como motor

Tanto Zhou como Liu tenían trabajos bien pagados en Beijing. Ella dirigía su propio taller, especializado en arte en zonas rurales, y él vendía sus guqin hechos a mano y daba clases para enseñar a tocarlos. No obstante, en 2016 tomaron la valiente decisión de abandonar sus empleos y mudarse a Dayuan para crear un taller de arte.  

Al llegar se instalaron en la antigua casa de Liu y se gastaron todos los ahorros, unos 2 millones de yuanes (247.000 euros), en construir un edificio de dos pisos y 240 metros cuadrados. Luego pusieron ordenadores, un proyector, material de pintura, instrumentos musicales y un telescopio que sirve tanto para decorar como para inspirarse.

Varios niños asisten a una lección de arte multimedia en las instalaciones creadas por Zhou y Liu. CEDIDA A CHINA DAILY

El espacio, gratuito, está abierto a todos los niños de Dayuan y de las aldeas cercanas. “Nuestro objetivo no es convertirlos en artistas, sino conseguir que el arte pueda darles fuerza en su vida futura”, explica Zhou. Pese a ello, lo cierto es que en el taller están apareciendo diamantes en bruto con mucho talento.

Cuando Deng Yunxi, de 14 años, se apuntó a las clases de arte, Zhou enseguida se dio cuenta de que tenía mucha imaginación y de que le encantaba la pintura. “Escribió un poema precioso después de haber estado observando las estrellas con el telescopio. También noté que le gustaban mucho las plantas, por lo que la animé a dibujar lo que veía en la naturaleza”, cuenta Zhou.

Un mes después, Deng sorprendió a su maestra con una espléndida acuarela de 10 metros de largo. Había plasmado en ella docenas de hierbas y flores locales. La obra resultó tan espectacular que acabó siendo expuesta este año en el Centro Ullens de Arte Contemporáneo (UCCA, por sus siglas en inglés) de Beijing. “Me encanta el taller y adoro a Zhou”, afirma la niña. “Siempre nos cuida y nos escucha”.

Gracias a sus apariciones en medios de comunicación, la fama del taller se ha extendido por China y el extranjero. En los últimos años, muchos graduados universitarios procedentes de Shanghai y Beijing se han ofrecido voluntarios para dar clases allí. En la actualidad, el centro cuenta con 10 profesores fijos y otros 40 intermitentes durante todo el año. Ninguno de ellos cobra.

Dayuan es hoy el hogar de 400 personas y su taller de arte, donde se imparte desde poesía a música, teatro, fotografía, observación de la naturaleza o diseño de joyas, atrae tanto a personas del pueblo como a alumnos de fuera. En 2019, 53 estudiantes pasaron por este espacio, de los que 17 eran de Dayuan y, el resto, de los alrededores. Este verano, 76 estudiantes se inscribieron en los cursos estivales.