La Reserva Natural de Hoh Xil, situada en la meseta más grande y alta del mundo, ha sido catalogada como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Su director, Buzhou, califica esta decisión como una “nueva era para la preservación de la zona”. Buzhou cree que “hay que mejorar los métodos y los nuevos planes para cumplir con los exigentes estándares de la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural”.
La región de Hoh Xil, en la meseta Qinghai-Tíbet, al noroeste de la provincia de Qinghai, es conocida por su belleza y biodiversidad. La reserva ocupa 45.000 kilómetros cuadrados y se encuentra a 4.500 metros sobre el nivel del mar. Es el espacio natural con mayor biodiversidad de China. Según la UNESCO, las condiciones climáticas y geográficas han facilitado el desarrollo de especies únicas. Un tercio de las variedades de flora y de los mamíferos herbívoros solo se encuentran en esta zona.
Siete especies están bajo protección estatal de primer nivel. El antílope tibetano es la más conocida y representativa. Su población cayó a 20.000 ejemplares a finales de los noventa debido a la caza furtiva. Gracias a años de esfuerzos, se ha recuperado y alcanza hoy los 60.000.
Hoh Xil fue catalogada como reserva regional en 1996. Al año siguiente, pasó a ser reserva nacional y poco después se fundó un organismo especial para su protección. Forma parte de un área protegida mayor, donde se encuentran los manantiales de los tres ríos (Sanjiangyuan): el Yangtsé, el Amarillo y el Lancang.
El año pasado, cuando la Reserva Natural de Sanjiangyuan se convirtió en el primer parque nacional en poner en marcha una reforma de preservación ecológica en China, Hoh Xil pasó a ser un ente subordinado asociado a la oficina administrativa del parque natural. Cuenta con un equipo de 80 profesionales y dispone de cinco puestos de preservación y uno de investigación.
Dificultades de la zona
El tamaño de la región y el duro clima presentan grandes retos para la oficina, a la que no le sobra personal. “Resulta difícil llevar a cabo tantas tareas en un entorno tan duro, en especial con nuestros trabajadores, que tienen una edad media de 45 años. No solo eso: un tercio de la plantilla está incapacitada para realizar tareas a grandes altitudes por problemas de salud”, cuenta Buzhou. La organización busca desesperadamente a profesionales jóvenes y de perfil técnico.
De acuerdo con Buzhou, 500 voluntarios de distintas profesiones y regiones han participado en la protección e investigación realizada durante varios años.
Muchos nómadas que viven en zonas limítrofes han ayudado a protegerla. En el condado de Zhiduo, centenares de pastores han sido reclutados para preservar las llanuras de la región de Hoh Xil. Más de 200 habitantes de la localidad Masai, que tiene una población de 1.600, se han convertido en guardas forestales tras un riguroso proceso de selección.
“Nuestro trabajo es evitar la caza furtiva y llevar un registro de la fauna que vemos”, afirma Songbao, un pastor de 52 años, guarda forestal desde 2012. Se organizan en grupos y patrullan, en función de las condiciones geográficas, con caballos, yaks (grandes bueyes locales), motocicletas y coches.
Con arreglo a la distancia, su trabajo les lleva a zonas salvajes en periodos de dos a siete días. Los guardas, que reciben formación cada año, ganan 1.800 yuanes (230 euros) al mes. Los habitantes de la zona cada vez están más concienciados con el medio ambiente. “Nuestros antepasados han vivido en esta tierra. Estamos dispuestos a velar por su preservación, aunque no se nos pague”, afirma el pastor.
Desde que Sanjiangyuan se convirtió en una reserva nacional, los gobiernos han iniciado un proceso administrativo para integrar a departamentos locales y así optimizar la gestión de la zona, en la que se incluye la Reserva Natural de Hoh Xil.