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Comunión con la naturaleza
El diseño de los jardines clásicos de Suzhou, concebido para imitar a la naturaleza, refleja la filosofía y la estética de la cultura tradicional china.

Comunión con la naturaleza

Los jardines de Suzhou, Patrimonio de la Humanidad, condensan como pocos la búsqueda de armonía de la cultura china. Nuevas propuestas turísticas permiten disfrutarlos ahora con la misma paz que hace siglos
WANG KAIHAO - 20 Jun 2022 13:27

Poco después de que amanezca, el Jardín de los Leones se despierta con el canto de los pájaros. La niebla se ha disipado y un perfume de flores impregna el aire húmedo de este recinto con 680 años de historia situado en el centro de Suzhou, provincia de Jiangsu. Al contemplar sus pérgolas y sus rocallas mientras degustan un té verde, los primeros visitantes de la mañana pueden alcanzar un estado de paz interior que se asemeja al zen. 

Es posible que el grupo de monjes que construyó por primera vez este jardín en tiempos de la dinastía Yuan (1271-1368) solo buscara disfrutar de un retiro tranquilo alejado del ruido de la ciudad. No obstante, durante los siglos posteriores, el lugar ha recibido una constante afluencia de personajes célebres, que han ido enriqueciendo su legado a través de poemas, pinturas y anécdotas. 

Famoso por sus rocallas en forma de león junto al agua, de las que toma el nombre, el Jardín de los Leones ha visto cómo su templo desaparecía en la noche de los tiempos. Aun así, este encantador lugar continúa siendo una parada obligada para todo aquel que visita Suzhou. 

Una experiencia sensorial

Si bien quienes se acerquen hasta allí podrán admirar la misma vista que sus antiguos predecesores, es probable que deban esforzarse algo más para esquivar el bullicio del mundo moderno y obtener la misma sensación de calma.

“Durante los últimos años, hemos intentado restaurar el paisaje histórico del recinto clásico, pero un jardín exquisito no puede contentarse con ser solo fachada”, explica Bai Lingzhi, subdirectora del departamento de planificación de la Oficina Administrativa de Jardinería y Paisajismo de Suzhou. “Necesitamos buenas ideas para que la gente pueda sumergirse en el estilo de vida que promovían los jardines y reivindicar su valor estético en la era moderna”, señala. 

Por ello, desde el año pasado se permite que pequeños grupos de turistas puedan reservar entradas para acceder al recinto a primera hora de la mañana, antes de que abra sus puertas al gran público. La visita culmina con la elaboración de un abanico plegable tradicional, en cuya superficie se escriben unos versos inspirados en el jardín. Se trata de una forma poética de recordar la época dorada de este rincón de Suzhou. “La experiencia puede ayudar a entender la sabiduría, el gusto refinado y la visión filosófica del mundo que tenían los antiguos literatos chinos”, afirma Bai. 

No toda la arquitectura relevante radica en grandes construcciones, decoraciones espectaculares o colores deslumbrantes. De hecho, los jardines de la ciudad de Suzhou ejemplifican justo lo contrario. 

Entre 1997 y 2000, nueve de los jardines clásicos más famosos de la urbe, entre los que se encuentran el Jardín de los Leones, el Jardín del Administrador Humilde o el Pabellón de las Olas Azules, fueron catalogados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Según la organización de Naciones Unidas, “los jardines reflejan la enorme importancia que la cultura china concedía a la belleza natural desde un punto de vista metafísico” y “no hay nada mejor que estos nueve ejemplos para ilustrar cómo era el diseño clásico chino, que buscaba recrear en miniatura los paisajes de la naturaleza”. 

El jardín más antiguo de la ciudad es el Pabellón de las Olas Azules, que data del siglo XI, aunque, gracias a documentos históricos, se sabe que existía otro de carácter privado ya en el siglo IV. 

Un estudio exhaustivo realizado entre 2015 y 2018 reveló que Suzhou cuenta en la actualidad con 108 jardines clásicos, de los que 57 se encuentran en el barrio histórico del distrito de Gusu. Para He Feng-
chun, directora del Instituto de Diseño de Arquitectura Paisajista de Suzhou, estos terrenos no solo “revelan la adoración que siente la gente por la naturaleza”, sino que “nos inspiran para buscar la armonía con el mundo que nos rodea”.