Yangliuqing es un tipo de grabado en madera originario de Tianjin, una ciudad a 100 kilómetros de Beijing. Este estilo artístico tiene unos 400 años, data de finales de la dinastía Ming (1368-1644). Yangliuqing significa sauce verde. Wang Wenda, de 75 años, es el artesano más veterano del taller de grabados Tianjin Yangliuqing Fine Arts Press.
En 1958 el Gobierno reunió a los artesanos de Yangliuqing en un intento por salvar esta técnica de trabajo. Para ello las autoridades fundaron un taller público en el centro de Tianjin. Wang fue de los primeros en sumarse a la iniciativa. Trabaja allí desde 1960. “¡Han transcurrido casi 60 años!”, se sorprende Wang, para quien no ha pasado el tiempo.
“Me contrataron para pintar, que era lo que más me gustaba cuando era niño. Pero faltaban artesanos que tallaran la madera y pronto me asignaron esa tarea”, cuenta. El estilo Yangliuqing tiene cuatro procesos: dibujar las líneas, tallar la madera, pintar con agua, tinta y pigmentos y dar una segunda mano para crear un efecto difuminado, sobre todo en las caras de personas.
El procedimiento requiere mucho tiempo. Solo se puede teñir con un color a la vez, generalmente se necesitan cuatro o más planchas de madera para crear una imagen pequeña. Una vez impresa, la pieza se deja secar durante días antes de aplicar el siguiente pigmento.
Lo normal es que Wang invierta meses en crear una sola pieza. La madera se obtiene de los perales y se almacena y seca durante tres años antes de emplearse en el taller.
Una vez que se completa la placa, el proceso de impresión en sí puede llevar hasta un mes para que el trabajo final esté acabado. Cada artesano está a cargo de un proceso en concreto, una división del trabajo similar a la que existía en la antigüedad.
Los grabados en madera de Yangliuqing se inspiran en la literatura, leyendas populares y mitos. Aunque los motivos más reconocibles son los que dan la bienvenida al Año Nuevo Chino. Uno de los símbolos más conocidos es un bebé gordito que sostiene un pez (yu) y una flor de loto (lian). Expresa el deseo de año nuevo lian nian you yu, que significa que siempre quedará algo, año tras año.
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El pueblo Yangliuqing y sus aldeas de alrededor estaban llenos de este tipo de talleres durante la dinastía Qing (1644-1911). A principios del siglo XX la llegada de la impresión offset en China, más fácil y barata para producir en masa, amenazó la supervivencia del método tradicional. La guerra y los problemas sociales no hicieron más que agravar la salud del método Yangliuqing.
Dai Lianzeng era el taller de impresiones de motivos de año nuevo más famoso de Yangliuqing. Llegó a proveer de material al palacio imperial de Beijing. Tras 19 generaciones, cerró en la década de 1930. "Si el Gobierno no se hubiera empeñado en salvar este arte en los cincuenta, habría muerto", confirma Wang.
Aun así, esta técnica sigue luchando por su supervivencia. Los diferentes gustos de la gente suponen una amenaza para estas imágenes que tradicionalmente han nutrido la estética de la Fiesta de Primavera. "Las imágenes con motivos del Año Nuevo Chino eran muy comunes entre la población”, cuenta Wang. “Ahora tenemos que mejorar los diseños para convertirlos en obras de arte. La única manera de que perduren es aumentar el valor de las imágenes”.
Desde 2005 hay una iniciativa en marcha para conservar este tipo de diseño. Desde entonces una generación de jóvenes se ha incorporado a los talleres. Según Kong Qing, el gerente de una de las fábricas, se han organizado concursos para fomentar nuevos formatos. Todos los años dos o tres diseños ganadores se convierten en obras para la venta. "Los artesanos y académicos veteranos evalúan los planos para asegurarse de que las creaciones no vayan en la dirección equivocada", asegura Kong.