CERRAR

Este website está editado por el diario China Daily de la República Popular China, que asume toda la responsabilidad sobre sus contenidos

El prodigioso naufragio que reflotó la arqueología subacuática
Los arqueólogos excavan los restos del Nanhai I, que se encuentra ahora en el Museo de la Ruta de la Seda Marítima, en Guangdong.

El prodigioso naufragio que reflotó la arqueología subacuática

El Nanhai I se hundió en el siglo XIII cuando transportaba cientos de miles de piezas de porcelana cerca de Guangdong. La historia de su rescate es casi tan espectacular como el tesoro que llevaba a bordo
WANG KAIHAO - 29 Ago 2019 16:32

En 1987, un equipo británico de rescate marítimo viajó a Yangjiang en virtud de un acuerdo con el Gobierno chino. Su misión en esta ciudad al sureste del país, situada en la provincia de Guangdong, consistía en buscar el Rijnsburg, un barco mercante holandés que había naufragado en 1772 por causa de un tifón. Se sabía de su existencia solo a través de documentos históricos y se sospechaba que llevaba abundantes mercancías a bordo.

No obstante, no fue el Rijnsburg lo que encontró la expedición, sino los restos de otro buque mucho más antiguo. Se trataba de un navío del siglo XIII, cuyo origen se remontaba al principio de la dinastía Song del Sur (1127-1279). Era un vestigio diminuto dentro de la gran historia de la próspera Ruta de la Seda, la gran red de vías comerciales que conectaba China con el mundo. Sin embargo, no figuraba ningún registro de aquel barco en los libros de historia.

Los arqueólogos lo bautizaron como Nanhai I, ya que fue el primer gran pecio antiguo hallado en el Mar Meridional de China (Nanhai, en mandarín) en aguas del país. Con 22,9 metros de eslora, 9,8 de manga y 2,7 de casco, ha marcado un antes y un después en la historia de la arqueología subacuática china. “Es el mayor descubrimiento de este tipo hasta la fecha”, recalca Sun Jian, principal supervisor técnico del Centro Nacional de Patrimonio Cultural Subacuático, que lidera la investigación. Ya se han recuperado 180.000 reliquias culturales que transportaba a bordo. La cabina, que albergaba 15 habitáculos separados, se la limpiado además hace poco.

El comercio era próspero en la Ruta de la Seda que transcurría por el mar, como demuestran estos dos brazaletes de oro encontrados en el barco. CEDIDA A CHINA DAILY

Puesto que el pecio de la embarcación coincide con el estilo típico de Fujian de aquella época, los arqueólogos creen que la nave zarpó de esta provincia. En concreto, sospechan que partió completamente cargado de la ciudad de Quanzhou, que en ese momento tenía uno de los puertos más concurridos del mundo. “Ese tipo de barcos se utilizó mucho durante la dinastía Song del Sur para el comercio transoceánico”, relata Sun. “Eran más lentos que otros, pero también más seguros para sortear tormentas y grandes olas. Además, tenían capacidad para transportar más mercancías”.

A día de hoy, la causa del naufragio continúa siendo un misterio. No se conoce a dónde se dirigía el barco y tampoco cuál fue el accidente que selló su destino. Tan solo se sabe que se hundió cuando apenas había recorrido unos cientos de kilómetros tras dejar la costa. 

Un salvamento de película

La investigación metódica del Nanhai I arrancó en el año 2000. Hubo grandes debates para decidir cómo trasladarlo desde el lugar en el que descansaba, a 20 metros bajo la superficie del mar, hasta tierra firme.  Finalmente, en 2007 los arqueólogos apostaron por rescatar los restos del barco en bloque y meterlos dentro de un enorme tanque, similar a una piscina, dentro del Museo de la Ruta de la Seda Marítima en Guangdong, en la provincia de Yangjiang.

El pecio se introdujo de una sola pieza en un gran habitáculo transparente, conocido como Palacio de cristal. Desde 2014, los arqueólogos trabajan en este lugar investigando los restos, que continúan enterrados entre barro y arena. Las instalaciones permiten a los turistas contemplar la labor de los historiadores desde grandes ventanales pero, sobre todo, posibilitan tratar con mimo vestigios que de otra forma se habrían perdido. La estrategia recibió el premio más importante que concede China a los avances de ciencia y tecnología, un galardón que rara vez recae en arqueólogos.

“Si hubiéramos sacado directamente el barco del fondo marino, muchas de las reliquias culturales se habrían dispersado por el mar”, explica Jiang Bo, director del departamento de arqueología subacuática del Centro Nacional de Patrimonio Cultural Subacuático. “Hemos tenido muchísima suerte de encontrar toda esta información histórica tan bien conservada”, señala Jiang, para quien “el valor del pecio para la arqueología china es incalculable”.

El descubrimiento permitió obtener mucha información sobre la vida de la época. En la imagen, una balanza y unos contrapesos rescatados del Nanhai I. CEDIDA A CHINA DAILY

Cargado de mercancías exquisitas

En el Nanhai I se han encontrado más de 170.000 piezas de porcelana, de las cuales la mayoría han sido rescatadas intactas. Según Sun, la mercancía que transportaba el barco es como un catálogo de la cerámica china que se exportaba en la época, que coincide con el momento de apogeo de la antigua Ruta de la Seda Marítima. “Es una colección magnífica”, se admira.

Entre los tesoros encontrados figuran piezas azules y blancas de Jingdezhen, la ciudad de la provincia de Jiangxi que luego se convertiría en la capital de la porcelana de China. El conjunto incluye también porcelana blanca de Dehua, en Fujian, de donde también proceden objetos de cerámica de los hornos Cizao. Además, hay piezas de celadón que fueron elaboradas en Longquan, en Zhejiang. De acuerdo con Sun, muchos de estos productos, entre los que hay desde botellas hasta frascos, platos, cuencos y cajas de colorete, se elaboraron con estilos exóticos para satisfacer el gusto extranjero.

Cuenco de porcelana elaborado en los hornos de Longquan, en Zhejiang. Formaba parte de las mercancías que transportaba el Nanhai I. CEDIDA A CHINA DAILY

No obstante, la cerámica no es el único tesoro que viajaba a bordo del navío. También se han recuperado 130 toneladas de hierro. Pese a que no goza de tanta fama como la seda o la porcelana, este material también era una de las exportaciones clave de China. Además, el Nanhai I contenía cientos de artículos de oro, plata y cobre, así como objetos lacados, que quizás pertenecieron a los marineros o fueron comprados por ellos como regalos. Asimismo, se han catalogado 20.000 monedas de cobre, 300 kilos de lingotes de plata, huesos de ganado, semillas de plantas, conchas de criaturas marinas, una jarra de huevos de pato salados, cerámicas que alguna vez contuvieron licor, artículos religiosos e incluso huesos y cabello humanos.

De acuerdo con las investigaciones de Cui Yong, subdirector del Instituto Provincial de Reliquias Culturales y Arqueología de Guangdong, estos restos humanos no pertenecen a hombres chinos, sino a extranjeros. Según indica, pudo tratarse de marineros de otras latitudes, algo que sugiere que en la época existía una mentalidad abierta.

Para Cui, el Nanhai I es una cápsula del tiempo, un fragmento de historia que permite conocer cómo era la vida cotidiana de las personas de entonces. “Con el tiempo, seguramente las investigaciones interdisciplinares y las nuevas técnicas científicas nos conducirán a más descubrimientos”, afirma.