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El último retrato
Con sus instantáneas, Yao aspira a que sus pacientes sean recordados por algo más que un expediente clínico.

El último retrato

Yao Shuai es médico. Y fotógrafo. Desde 2016 recoge historias de vida de enfermos terminales y los inmortaliza antes de partir. Quiere ayudarles a encarar el viaje final
LI YINGXUE - 20 Ago 2020 9:28

La misión de un médico no siempre se limita a prescribir analgésicos. Es el caso de Yao Shuai, un facultativo de la provincia de Jiangsu que ha convertido su consulta en un pequeño estudio fotográfico. A partir de las 18.00, cuando acaba su turno, retrata a pacientes voluntarios que están preparándose para emprender su último viaje. “¿Tiene usted miedo a la muerte?”, les pregunta antes de empezar la sesión.

Puede parecer una pregunta insensible, pero no lo es para este cardiólogo del hospital de medicina tradicional china del distrito de Tongzhou, en Nantong. Defiende que hablar de forma directa con los enfermos resulta más sincero y humano. A través de su trabajo, Yao se ha dado cuenta de que la muerte forma parte de la vida y de que cada paciente se enfrenta a ella de manera muy distinta. 

Memorias compartidas

Cada una de las más de 10.000 fotos que componen su colección, en la que han participado más de 400 personas, cuenta una historia. Empezó en 2016 y le gustaría que algún día formaran parte de una exposición o un libro.

“A pesar de que todos están angustiados y padecen dolor, no tienen la misma expresión. Algunos se muestran tristes, indefensos. Otros, felices, francos, indiferentes, orgullosos”, relata este doctor de 30 años. Según cree, en general los chinos carecen de educación y recursos para enfrentarse al final.

“A menudo estamos en contacto con la muerte, especialmente los médicos, pero en realidad no sabemos cómo lidiar con ella. Yo mismo soy consciente de que llegará mi hora, pero todavía ignoro cómo prepararme”, confiesa Yao, que ve su proyecto fotográfico como una manera de aprender a gestionar este trance.

El médico y fotógrafo Yao Shuai. CEDIDA A CHINA DAILY

Antes de sacar la cámara, charla con sus pacientes. No hablan sobre sus enfermedades terminales, sino sobre un tema a menudo tabú: el tramo final de la existencia. Además de discutir sobre la muerte, a Yao le gusta escuchar a los enfermos. Les pregunta por sus recuerdos más felices, por sus mayores penas o por la manera en la que enfrentaron los desafíos de la vida.

Uno de ellos, por ejemplo, compartió con él el sufrimiento que padeció cuando tuvo que excavar el cauce de un río en condiciones de frío extremo. Corría la década de los 50 y la tarea duró años. “Iban descalzos por el agua. Hasta el barro estaba congelado. Algunos de sus compañeros fallecieron y otros quedaron inválidos”, relata Yao.

Tras los pasos de Lyu Nan

Muchos de sus retratados han vivido momentos históricos. “A menudo han asistido a la fundación de la República Popular China (1949) o al proceso de la reforma y apertura (a partir de 1978)”, cuenta. Las sesiones de fotografía son para él una forma de acercarse a los pacientes, de establecer una comunicación que no siempre se da en los hospitales. “Antes solía identificarlos por su número de cama o por su historial clínico. Luego me di cuenta de que cada uno de ellos era único”, explica.

El primer retrato de la serie se lo hizo a un maestro retirado que tenía cáncer de pulmón. Desgraciadamente, falleció antes de que Yao pudiera darle una copia, pero acudió a su funeral y se la entregó a sus familiares. 

Aunque ya era aficionado cuando estaba en la universidad, su prespectiva cambió al conocer la obra de su admirado Lyu Nan, un maestro de la fotografía que tomó instanáneas de y para enfermos mentales. “Me enseñó que el arte está en la vida real. No hace falta moverse para encontrarlo”.