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Enamorados de un holograma
Versión 3D de Yi Shiqi.

Enamorados de un holograma

Jóvenes, divertidas, talentosas. Las ‘influencers’ virtuales no son de carne y hueso, pero sí sus millones de seguidores. En China arrasan y están generando una nueva industria
WANG QIAN - 24 Oct 2020 16:43

Cualquier cuenta de Yi Shiqi en redes afirma que nació en Chengdu, provincia de Sichuan, el 12 de enero de 2001. Cada dos días, esta chica con un ojo de cada color y horquillas de oso panda, sube vídeos a la aplicación china Douyin –TikTok en el resto del mundo– en los que aparece junto a su novio. A juzgar por sus 10 millones de seguidores, su vida está lejos de resultar aburrida. Sin embargo, hay algo que hace que Yi sea distinta del resto de jóvenes. A diferencia de ellos, no tiene que preocuparse por lo que piensen sus padres, ya que está diseñada por ordenador. 

Estrellas a medida 

“La concebimos como una chica de barrio, un poquito perezosa, que se preocupa por su aspecto y por el dinero, como la mayoría de la gente”, explica Song Wei, fundadora de Chengdu Yiji Culture Technology, la compañía que ha desarrollado a Yi. Tras un año de trabajo, en marzo se lanzó una versión de ella en 3D.   

La empresa, que ha recibido hace poco millones de yuanes de ángeles inversores procedentes de The Force Capital, en Chengu, destinará esa cantidad a generar y comercializar contenidos de Yi, como retransmisiones en streaming, bases de datos de voz o lanzamientos de canciones. También se estrenará una sitcom de capítulos cortos sobre su vida.

Según adelanta Song, esta estrella virtual ingresará pronto en el Conservatorio de Sichuan, un acontecimiento que “sentará las bases para su carrera de cantante y bailarina”. También “encontrará la amistad, el amor y se enfrentará a pérdidas, al igual que cualquier otro adolescente”, señala. La cuenta de TikTok de Yi, en funcionamiento desde mayo de 2019, está valorada en más de once millones de yuanes, unos 1,3 millones de euros.

La cantante virtual Luo Tianyi, actuando en un concierto organizado por la plataforma de vídeos Bilibili en 2016. LAI XINLIN / PARA CHINA DAILY

Chengdu Yiji Culture Technology planea crear más ídolos en el futuro y abrir una agencia de representación de estrellas animadas. Desde la pionera Hatsune Miku, la cantante virtual japonesa con voz sintetizada que abrió el camino, se ha generado toda una industria en torno a los artistas digitales. 

En China, Luo Tianyi es una de las más famosas. Debutó en 2012 y, el pasado marzo, fue portada de Harper’s Bazaar con un homenaje a Wuhan, la ciudad china más golpeada por la covid-19. Mini Bazaar, la versión online de la revista, publicó un reportaje fotográfico de ella posando en los lugares más emblemáticos de la urbe, como la Torre de la Grulla Amarilla o el campus de la universidad. 

Luo, que ha actuado con artistas reales, como Fang Jinlong, es toda una inspiración para los creadores de Yi. “Podría seguir sus pasos y convertirse en cantante”, aventura Song, para quien esto permitiría aprovechar el potencial del inmenso mercado cultural ACG (anime, cómic, juegos, por sus siglas en inglés). Según la plataforma Bilibili, el sector contaba el año pasado con 490 millones de fans, y se prevé que sigan aumentando a ritmo constante.

Gracias al desarrollo de la tecnología, como la realidad virtual y los hologramas, estas criaturas están creando una experiencia de consumo completamente novedosa, que difumina la frontera de lo real. Puede que no sean de carne y hueso, pero sus seguidores sí.

“Al igual que las estrellas humanas, pueden ganar dinero haciendo conciertos, películas, series o publicidad on y offline”, recuerdan desde la consultora Trends Bigger, autora de un informe sobre el tema. “A diferencia de los influencers de verdad, no envejecen, no protagonizan escándalos y son completamente manejables”.