En las horas que preceden al amanecer, cuando casi todo Shanghai duerme, hay un edificio que permanece iluminado. En su interior hay estudiantes inclinados sobre sus libros, autónomos que teclean en sus portátiles y noctámbulos que huyen del ruido de la metrópolis.
Estamos en la Biblioteca Heping, la primera de la ciudad que abre 24 horas y se ubica en un parque. La institución, frecuentada por investigadores, trabajadores e insomnes, fue nominada a los Premios Biblioteca Pública del Año 2025 que concede la Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias. Fue el único centro asiático que figuró entre los 15 finalistas, procedentes de ocho países, y se alzó con el segundo puesto.
Este galardón reconoce a bibliotecas de nueva construcción de todo el mundo que combinan arquitectura funcional, sostenibilidad y tecnología de vanguardia, así como desarrollo digital y cultura local.
El complejo premiado también es conocido como la sucursal de Heping de la Biblioteca de Hongkou y se encuentra en el distrito de Hongkou. Consta de cuatro edificios que evocan la forma de libros abiertos, además de una galería de arte y un espacio circular de lectura con vistas a los árboles. Cuenta también con paneles solares, muros acristalados que dejan pasar la luz natural y pasillos diseñados para maximizar su eficiencia energética.
Usuarios de todo pelaje
Wang Zhaowei, responsable del servicio al lector del centro, afirma que lo que hace especial a la biblioteca es su diseño ecológico, puesto que se integra dentro de un parque, así como la accesibilidad que le proporciona su horario ininterrumpido. “Hay oficinistas que trabajan horas extra, estudiantes que preparan sus exámenes, personas que no pueden dormir y repartidores de turno de noche que utilizan el espacio para descansar”, señala.
Desde su inauguración en abril de 2024, el centro ha recibido más de 2 millones de visitas, 100.000 de ellas en horario nocturno. Entre la medianoche y las 6.00 acoge una media de 105 personas al día, mientras que entre la medianoche y las 8.00 acuden cada jornada cerca de 300.
Zhu Yijie, estudiante de secundaria de 16 años, se considera un ave nocturna. “El ambiente tranquilo, sobre todo a altas horas, me ayuda a concentrarme”, relata.
Para Xiao Hongye, trabajadora autónoma, acudir a la biblioteca es un antídoto contra la procrastinación. “Soy bastante poco productiva durante el día, pero por la noche me activo. En casa no dejo de retrasar la hora de sentarme, mientras que aquí ver a otros concentrados me motiva”, asegura.