En un tranquilo rincón de Haining hay un vivero que llama la atención. Lo que antes era un destartalado solar se ha convertido en un exuberante paraíso natural: las plantas crecen desordenadas bajo el sol y ofrecen un auténtico festival de color. Los fines de semana y días de fiesta, curiosos de todo el país acuden a esta ciudad de la provincia de Zhejiang para admirar el espectáculo, sobre todo desde las regiones vecinas de Shanghai y Jiangsu.
El lugar se llama Biblioteca de las Plantas debido a la gran cantidad de especies que alberga y, según explica su fundador, Xu Zhufeng, aspira a ser una réplica en miniatura de la naturaleza.
En vez de colocar las plantas en hileras ordenadas, como es habitual en este tipo de sitios, Xu las distribuye recreando los patrones de la vida salvaje: las que necesitan sombra, en zonas frescas y, las que buscan la luz, en campo abierto. Gracias a ello, ha cosechado numerosos seguidores. “Nuestros clientes fieles, especialmente los que se dedican a la fotografía comercial, nos dicen que este lugar no se parece a ningún otro. Aquí encuentran un paisaje inesperado que parece natural”, cuenta Xu.
La suya es una de las muchas plantaciones de flores que pueden verse en el pueblo de Chang-an, que pertenece a Haining, donde el sector ha aumentado de forma significativa los ingresos de la población.
A una media hora en coche de allí, en la aldea de Tianming, la treintañera Lou Yongli se prepara para transmitir en vivo las novedades de su negocio de flores. En el interior de un invernadero, se mira al espejo y se maquilla antes de emitir en directo desde su cuenta de Douyin. En cuestión de minutos, su audiencia virtual se dispara. “Nuestro producto más vendido de hoy es el lirio multiflor. Cómprenlo ahora y aprovechen esta oferta sorpresa”, tienta a sus seguidores.
Este método de venta no solo ha convertido a Lou en una estrella local. También ha hecho que su firma, Jardinería Yongli, genere más de un millón de yuanes al año (122.000 euros) y sea una de las más pujantes del sector en Tianming, donde más de cien familias se dedican a cultivar flores. La aldea vende más de dos millones de macetas al año y factura casi 100 millones de yuanes (12,2 millones de euros) cada ejercicio gracias a las plantas.
Primer productor del mundo
No lejos de allí, Li Zhengping tiene un jardín que parece sacado de un cuadro impresionista francés. “La gente viene desde Hangzhou y Shanghai solo para sacarle fotos”, afirma orgulloso. “Es la mejor publicidad que pueden hacerle”, asegura. Su empresa, Tres Hormigas Perezosas, cultiva y vende flores, y aprovecha el vergel como escaparate y campo de pruebas. En la actualidad, solo en el área dedicada al embalaje caben entre 60 y 70 trabajadores.
China es el mayor productor de flores del mundo y, según la Asociación de Flores de China, alberga 220.000 empresas que se dedican a ello. Entre todas, facturan al año más de 520.000 millones de yuanes (63.440 millones de euros).