Es una silla que engaña. Sus formas suaves parecen susurrar historias de otro tiempo. Las elegantes ondulaciones de sus reposabrazos encierran una sabiduría centenaria, donde cada curva se hace eco de remotos ebanistas. Sin embargo, este mueble aparentemente antiguo tiene truco. Cuando se mira de cerca, puede advertirse que la forma ergonómica del respaldo es contemporánea. De sus patas asoman, además, unas pequeñas ruedas que le permiten deslizarse por el suelo.
Liu Gengsheng, maestro ebanista especializado en muebles al estilo de Beijing, firma esta magnífica pieza que adapta la tradición al siglo XXI. Se trata de la reproducción de una silla de la dinastía Qing (1644-1911) que se encuentra en el Museo del Palacio de la capital china. Para llevarla a cabo, Liu empleó el mismo método que se usaba en la antigüedad: talló cada pata en una única pieza de madera y no utilizó tornillos. Tan solo se sirvió del sunmao, el nombre que reciben en chino los ensamblajes de caja y espiga.
Desde 2008, China reconoce esta forma de artesanía como patrimonio cultural inmaterial del país. Los muebles tradicionales de madera no solo son admirados por su belleza y por el gran trabajo que implican, sino también por la narrativa cultural que transmiten. Su diseño y su decoración reflejan una investigación de siglos en busca de prosperidad y armonía.
Un doble legado
Liu replica antigüedades, restaura piezas y diseña nuevos modelos. Artesanos como él mantienen vivas las viejas técnicas de la carpintería clásica y también los fundamentos en los que hunden sus raíces. Los muebles hechos a mano invitan a la sociedad a sintonizar con la tradición a través de lo cotidiano. Más allá de ser objetos funcionales, transmiten el legado cultural de China.
Liu tiene 60 años y lleva más de cuatro décadas creando muebles. Nació y creció en el hutong Luban, un callejón del viejo Beijing que lleva el nombre del legendario carpintero Lu Ban y está lleno de artesanos del gremio. A los 19 años siguió los pasos de su padre y se unió a la firma centenaria Longshuncheng para aprender el oficio y especializarse en el estilo de Beijing.
En 1999 fundó un centro de restauración de muebles antiguos, donde “algunos clientes acuden con poco más que un montón de maderos”, relata. Aun así, asegura que intentan “devolver a cada pieza su antiguo esplendor”.
“A partir de un solo mueble se puede adivinar qué filosofía se esconde tras su diseño o cómo era la artesanía de la época”, afirma Liu. En los últimos años ha restaurado con su equipo numerosas obras del Museo del Palacio. Según recalca, tan importante es conservar el carácter original de una pieza como abordar la intervención con el máximo cuidado. Gracias a ello, está aprendiendo técnicas de diferentes épocas.
Diseños con personalidad
En la tradición china del mueble de madera existen tres grandes estilos: el de Beijing, el de Cantón (hoy Guangzhou, en la provincia de Guangdong) y el de Suzhou, en la provincia de Jiangsu. “El de Cantón mezcla la influencia china con la occidental y presenta una amplia gama de diseños, mientras que el de Suzhou se caracteriza por su minuciosa artesanía y su sobria elegancia”, explica Ou Shengchun, que tiene 65 años y más de 40 de experiencia en carpintería clásica. “El estilo de Beijing, que en origen se utilizaba en la corte imperial, combina los opulentos materiales de Cantón con las intrincadas tallas de Suzhou. Enfatiza la dimensión ceremonial del mueble”, detalla.
Además de ebanista y diseñador, Ou es comisario de muestras sobre muebles tradicionales chinos. En mayo abrió por fin en Zhongshan (Guangdong) la sala de exposiciones que llevaba preparando desde 2018. Allí divulga la historia y la cultura de la ebanistería clásica o exhibe piezas de la colección de Wang Shixiang, un famoso estudioso de este arte que vivió entre 1914 y 2009.