El escultor Liu Kaiqu (1904-1993) solía contar a sus alumnos de posgrado de la AcademiaCentral de Bellas Artes de Beijing que un artista de verdad debería tener el corazón y la mente de Pigmalión. Esta figura mitológica griega se presenta como un escultor que se enamora de una de sus obras, una estatua de marfil llamada Galatea. Pigmalión está tan obsesionado que no deja de trabajar en ella hasta lograrla perfección. Hay un momento en que Afrodita, diosa del amor, da vida a Galatea. Pigmalión se casa con ella y tienen una hija.
Liu fue uno de los primeros estudiantes chinos de la prestigiosa Escuela Nacionalde Bellas Artes de París en la década de 1920. Para Liu, una buena escultura nosolo debe parecer que está viva, sino que ha de poseer alma y ser eterna. Para conseguirlo,la obra debe aunar interés artístico, histórico y espíritu nacional.
La visión que tenía Liu del arte se vio alterada cuando su tierra natal fue pasto de la pobreza, el caos y las invasiones extranjeras. Estas referencias se ven reflejadas en las 34 esculturas que ganaron los VII Premios Liu Kaiqu el pasado octubre.El certamen es una iniciativa del Instituto de Escultura de China en Beijing y la ciudad de Wuhu en la provincia de Anhui. Las obras se pueden ver en el parque de esculturas de Wuhu.
Las obras ganadoras estarán expuestas durante un año, hasta la próxima edición delos premios. Los galardones llevan el nombre de Liu para destacar el lugar que ocupa dentro de la escultura moderna de China y su legado. Liu formó parte del equipo de diseño del Monumento a los Héroes del Pueblo en la Plaza de Tian'anmen, que se inauguró en 1958. La obra muestra 10 eventos clave entre el inicio de la Primera Guerra del Opio en 1840 y la fundación de la RepúblicaPopular China en 1949. Liu esculpió a decenas de figuras importantes de laChina moderna, como el estadista chino Sun Yat-sen. También retrató héroes anónimos como soldados que lucharon contra invasores japoneses campesinos mientras labraban la tierra.
Los escultores de hoy trabajan en un contexto muy diferente: hay estabilidad social y riqueza material. Yu Chenxing, profesor en la Academia de Bellas Artes de China en Hangzhou, ganó el único premio de oro de este año con Predicción. La escultura de acero inoxidable que tiene varios metros de altura representa un ábaco chino. La herramienta matemática se estrecha en uno de los lados hasta el punto de terminar en punta. Parece una escalera de plata que se extiende hacia el cielo.
Yu lo explica: “El ábaco es un gran invento, pero ya no dependemos de él para los cálculos. La razón por la que esta herramienta tiene interés no es por su forma, sino por la sabiduría que encierra". El trabajo invita al público a sentirse orgulloso de la rica y antigua civilización china y a hacerle reflexionar para estar a la altura del pensamiento de entonces. Yu participó por primera vez en los premios en 2013, cuando con Jiangnan ganó un bronce. Presentó una planta de bambú y encima una silla fabricada en este material.
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Yu cuenta que se inspiró en su casa de la infancia, que estaba rodeado de bambú. La planta de hoja perenne era entonces el material principal para fabricar mobiliario doméstico. Un pequeño modelo de Jiangnan se exhibe junto con un centenar de obras anteriormente premiadas de Liu Kaiqu en la Galería de Arte de Esculturas Wuhu, dentro del parque.
Zeng Chenggang, presidente del Instituto de Esculturas de China, afirma que la obra está muy arraigada en la mente de los ciudadanos de Wuhu debido a los premios obtenidos y la exposición de Liu. "La relación entre las esculturas y los habitantes de Wuhu demuestra que el arte contribuye a enriquecer la ciudad y a hacerla más atractiva para los de dentro y los visitantes”.
Pan He, otro escultor, y Liu fueron pioneros en la década de 1970 en darse cuenta de la importancia de exhibir esculturas al aire libre para darles más visibilidad, en lugar de hacerlo solo en museos. Pan piensa que una ciudad necesita no solo áreas verdes y plazas sino también cultura y arte al aire libre. No hay nada que ponga más contento a los escultores que ver sus obras en un lugar público a la vista de todo el mundo. Cada vez hay más espacios como el parque de esculturas de Wuhu en el que se combina ocio y arte.