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La melodía favorita de Confucio
Wu Wenguang pertenece a la segunda generación familiar de intérpretes de guqin. Su hija también lo toca. 

La melodía favorita de Confucio

La cultura tradicional china no puede entenderse sin el 'guqin', un instrumento de cuerda con 3.000 años de historia que antes estaba reservado a nobles y literatos
CHEN NAN - 28 Ago 2023 10:51

Entre el 770 y el 476 antes de Cristo, durante el Período de Primavera y Otoño, vivía solo en el bosque un músico llamado Yu Boya que tocaba el guqin. Un leñador que pasaba por allí, de nombre Zhong Ziqi, quedó cautivado por la melodía y se detuvo a escuchar. Mientras sonaba la música, acudieron a su mente imágenes de cascadas y nubes en movimiento. Acabaron por hacerse buenos amigos. Muchos años después, cuando murió el leñador, Yu tomó la decisión de romper su instrumento: sabía que nunca volvería a encontrar a otra persona que entendiera tan bien su música. 

A Wu Wenguang, virtuoso intérprete del guqin en la actualidad, le gusta contar esta leyenda cuando habla de la historia del instrumento. “Tal era la conexión entre tocar y escuchar”, relata este músico de 78 años. “El guqin tiene la capacidad de transmitir los sentimientos más profundos”.

“El guqin, que fue interpretado por numerosos literatos y nobles, ocupa un lugar central en la cultura tradicional china”, señala Wu. Este instrumento, el favorito de Confucio, era esencial entre las élites de la antigua China. Desde 2008, forma parte de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.

“La cítara china existe desde hace más de 3.000 años y es el instrumento musical que se toca en solitario que mejor representa la tradición del país”, puede leerse en la web de la Unesco. “Descrito en fuentes literarias muy antiguas y descubierto en yacimientos arqueológicos, es inseparable de la historia de la intelectualidad china”.

El pasado abril, cuando el presidente chino, Xi Jinping, se reunió con su homólogo francés, Emmanuel Macron, se interpretó la pieza clásica de guqin Alta montaña y agua que fluye, que habla sobre la amistad, para celebrar el entendimiento entre ambos países.  

Wu, que nació en Changshu, provincia de Jiangsu, aprendió a tocar el guqin con su padre, también un maestro, y acabó fundando una escuela de música especializada regentada por la familia. “Mi padre, que fue miembro de una compañía de guqin en Shanghai, dedicó su vida a este instrumento. Naturalmente, aquello me influenció”, cuenta. “Pertenezco a la segunda generación que sigue la tradición de tocarlo y divulgarlo, y mi hija, a la tercera”, señala Wu. En todo el país, asegura, existen muchas escuelas que lo mantienen vivo. 

Uno de los factores clave que ha hecho renacer el guqin en la actualidad es su tablatura; es decir, su especial notación musical. Tradicionalmente, las melodías se escriben con caracteres abreviados que indican cómo colocar las manos y tocar las siete cuerdas. Esto, según explica Wu, es único y no tiene nada que ver con la música occidental. En la música del guqin no se dan indicaciones sobre el ritmo. Es como la poesía: las palabras están ahí, pero no existen instrucciones para saber con qué cadencia debe leerse. 

En sintonía con la juventud

“El repertorio antiguo de guqin cuenta con cerca de 3.000 canciones, pero cada músico las interpreta de manera distinta”, señala. Junto a su padre, él se atrevió con más de cien partituras clásicas, aunque también incorpora obras contemporáneas en sus actuaciones.

 Wu Ye, su hija, continúa la tradición familiar de tocar el instrumento y está interesada en componer nuevos temas. “Aunque el guqin nació como una forma de arte reservada a las élites, ahora está ganando popularidad entre los jóvenes gracias a un renovado interés por la cultura tradicional y a los esfuerzos que está llevando a cabo el Gobierno para divulgarlo”, indica. Desde 2020 organiza conciertos de guqin que, gracias a su variado repertorio, consiguen conectar con el público joven.