El sótano de un hotel de cinco estrellas en Xi'an, provincia de Shaanxi, ha sido el lugar escogido para restaurar una mural que data de la dinastía Qing (1644-1911). Li Sen, ataviado con una bata blanca y guantes, es el encargado de cuidar y restaurar esta obra que fue rescatada hace cuatro años de un templo abandonado de un pequeño pueblo en el condado de Fengxiang, en el oeste de la provincia de Shaanxi.
La pintura, que representa a los peregrinos que adoran a los dioses del templo, tiene una superficie de 12 metros cuadrados. Los expertos lo han dividido en 20 piezas y la restauración se completará el próximo año. "Estos murales son irremplazables", afirma Li. "Cada vez que lo manipulo tengo que tener un cuidado extremo", asegura. "Una de las herramientas más utilizadas es la cuchilla quirúrgica, funciona como el bisturí de un cirujano", ilustra.
El experto de 30 años ha trabajado para el Centro de Conservación y Restauración de Murales en el Museo de Bellas Artes Qujiang de Xi'an durante cinco años. Junto con el Instituto Provincial de Arqueología de Shaanxi, el centro conserva, investiga y exhibe murales antiguos. El centro restauró 16 murales del Ordos Bronzeware Museum en la región autónoma de Mongolia Interior, un proyecto en el que Li participó.
Zhou Tianyou, de 74 años, director del Museo de Bellas Artes Qujiang de Xi'an fundó el Centro. Inaugurado en 2012, se ubica en el hotel Westin Xi'an y es uno de los primeros museos privados en China que combina sus actividades con las de un hotel de lujo. Zhou había sido director del Museo de Historia de Shaanxi de 1995 a 2004.
La restauración de la pintura, que consiste en limpiarla, unir las piezas con madera y reparar el color degradado, comenzó en 2014 y terminará el año que viene. Li trabaja cinco días a la semana, ocho horas al día y para varias veces durante la jornada para descansar los ojos y las manos. "Cuando se descubrió el mural en el templo, estaba en muy mal estado", cuenta el restaurador. "Los lugareños no intuían el valor de esta obra. La lluvia y el viento la habían erosionado. Hubo que invertir mucho tiempo para eliminar el barro hasta que el rostro de los personajes afloró".
Li Sen ha trabajado para el Centro de Conservación y Restauración de Murales en el Museo de Bellas Artes Qujiang de Xi'an durante cinco años. HUO YAN / CHINA DAILY
Li, que nació en una familia de granjeros en Yulin, provincia de Shaanxi, se incorporó al centro cinco años después de graduarse en el Shaanxi Conservation College. Al principio copiaba los murales, extraía las pinturas de las paredes y las reparaba. "Soy tímido y callado. El trabajo me va muy bien. Cuando veo los murales restaurados, siento como si los personajes hubieran cobrado vida, como en el lianhuanhua (un tipo de libro de ilustraciones de principios del siglo XX) que leí cuando era niño".
A los padres de Li les costó aceptar la elección profesional que había tomado. "No sabían bien a lo que me dedicaba hasta que vinieron al estudio y vieron la pintura. Los murales trascienden el arte. Narran la historia y cultura de hace miles de años”, explica Li con entusiasmo. “Ahora mis padres están orgullosos de mí porque este trabajo no solo es una manera de ganarme la vida, sino que es un sueño cumplido".