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Los extraterrestres ya no hablan inglés
El escritor Chen Qiufan, recién fichado por la productora de Johnny Depp, posa en una convención de ciencia-ficción en Hong Kong.

Los extraterrestres ya no hablan inglés

Chen Qiufan o Liu Cixin pertenecen a la nueva generación de escritores chinos que ha revolucionado la ciencia-ficción imprimiéndole una mirada propia. Hollywood se los rifa
MIRIAM ZHANG - 22 Jul 2019 8:24

Chen Qiufan acaba de dar uno de los mayores pelotazos de su carrera y sin embargo se muestra bastante tranquilo. Este escritor chino de 38 años ha vendido los derechos de su novela de ciencia-ficción El año de la rata a la productora de Johnny Depp, Infinitum Nihil, que el actor creó para protagonizar o producir sus propias películas. “Por supuesto que son buenas noticias para mí, pero he participado en otras adaptaciones al cine y pasa muchísimo tiempo hasta que llega el estreno”, afirma Chen.

Al igual que él, muchos jóvenes autores chinos de ciencia ficción están haciendo que Hollywood desvíe la mirada a Oriente, donde el género se encuentra en plena forma. El mundo supo de la existencia de esta nueva generación de talentos cuando Liu Cixin ganó el Premio Hugo a la Mejor Novela en 2015 con El problema de los tres cuerpos (publicada en España por Nova), la primera obra asiática en conseguir este galardón. Desde entonces, editores y productores chinos y extranjeros tienen puesto el ojo en la emergente industria de ciencia-ficción del país.

Hijos de Internet

En los últimos 18 meses se han estrenado en Internet 32 series chinas del género y está previsto que al menos cuatro películas de alto presupuesto lleguen a los cines este año. Sin ir más lejos, la superprodución china La Tierra errante (2019), dirigida por Frant Gwo y basada en un cuento de Liu, recaudó más de 596 millones de euros el año pasado en la taquilla del país y 5,26 millones de euros en Norteamérica.

La ciencia-ficción china triunfa en todos los soportes. En la imagen, varios niños curiosean 'La Tierra errante', una novela de Liu Cixin que fue llevada al cine este año por Frant Gwo. XU XING / PARA CHINA DAILY

Chen y sus jóvenes compañeros de profesión son hijos de su tiempo. Nacidos alrededor de los los ochenta, pertenecen a la primera generación de chinos que pudo acceder a la literatura de ciencia-ficción occidental en su juventud, y también a la primera que se benefició de Internet. Hoy son los responsables de haber aireado el género con una mirada fresca y de que los alienígenas del espacio exterior ya no solo dirijan sus naves hacia Norteamérica.

Distopías en Shantou

“Las audiencias occidentales están acostumbradas a que la ciencia-ficción gire alrededor de Estados Unidos o de Naciones Unidas, pero se plantean nuevas posibilidades cuando otros Gobiernos, como el chino, se comunican con los extraterrestres en películas o videojuegos”, afirma Rizwan Virk, científico informático del Instituto de Tecnología de Massachusetts.

Al igual que él, muchos otros lectores disfrutan sumergiéndose en esta “realidad china”, no solo porque les resulta exótica, sino también por su profundidad.

La obra de Chen Qiufan ilustra bien este idilio internacional. Desde 2010, su trabajo ha aparecido en diversas publicaciones de Estados Unidos, incluida la revista especializada Clarkesworld. Su novela Marea tóxica, publicada en seis países –entre ellos España, por Nova–, aporta una mirada distinta al género. Narra la historia de un grupo de amigos de Silicon Isle, un pozo tóxico que funciona como una gran planta de reciclaje de desechos electrónicos.

Representación teatral de 'El problema de los tres cuerpos' en Yantai, provincia de Shandong. TANG KE /PARA CHINA DAILY

Chen se inspiró para crearla en el área de Guiyu de su propia ciudad natal, Shantou, en la provincia de Guangdong. Hace una década, esta urbe de la costa sureste china era un importante centro mundial de reciclaje de basura electrónica y sus fábricas procesaban más de 1,55 millones de toneladas métricas de residuos la año.

Su visión distópica de un futuro cercano pronto conquistó a los lectores occidentales. Pero también a la prensa. Publishers Weekly dijo de ella que era “extremadamente relevante” para la vida contemporánea, en la que la ética y la moral no avanzan tan rápido como la cultura de los productos desechables, las desigualdades salariales y los avances tecnológicos.

Al igual que sucederá con El año de la rata gracias a Johnny Depp, Marea tóxica se convertirá también en película, aunque esta vez británica y con la colaboración del British Film Institute. Chen acaba de leer el guion y adelanta que “tiene muy buena pinta”.