Xie Hongxing invirtió 46 días en terminar su maqueta de la estación espacial china Tiangong, actualmente en órbita. Lo sorprendente de la hazaña es que la réplica de la nave espacial, epítome de la tecnología moderna, está elaborada simplemente con bambú. Un homenaje personal al ambicioso programa espacial chino hecho a mano con elementos naturales.
“Combina tradición y modernidad y es una forma de dar a conocer nuestro patrimonio cultural inmaterial”, afirma el artesano, que tiene 39 años y reside en la ciudad de Wuyishan, provincia de Fujian.
Xie nació y creció en los alrededores de la montaña Wuyi, un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco que limita con las provincias de Fujian y Jiangxi. Para elaborar su obra utilizó más de una docena de variedades de bambú de la zona. Solo para las alas mezcló tres tipos diferentes y le llevó siete horas darse cuenta de que podía elaborar la diminuta bandera nacional de China con varillas de bambú teñidas.
La minuciosa tarea, que implicó desde hacer bocetos hasta planificar todos los materiales, obligó a Xie a pasar los días sentado. Al terminar el proyecto, había engordado 5 kilos.
Xie compartió el proceso de creación de la nave en la plataforma de vídeos cortos Douyin, donde acumula más de 27.000 seguidores. Ha recibido varios millones de visitas en Sina Weibo y cosechado grandes elogios de los internautas por la exquisita factura de su obra. “Es auténtico patrimonio y tiene gran relevancia”, sentenció una televisión local que cubrió la noticia.
Desde marzo DE 2022, la sobrina de Xie, de 22 años, le ayuda a grabar vídeos breves en los que muestra cómo tejer cada variedad de bambú según sus diferentes características. Suele cortar un trozo de caña, le retira la parte verde del exterior con una navaja afilada y luego hace tiras finas y flexibles del mismo tamaño con mucho cuidado. A continuación las hierve y las deja secar a la sombra, un proceso que sirve para prolongar su vida. Todo ello, enmarcado en el impresionante paisaje rural de Wuyishan.
Además de compartir sus habilidades, Xie se presenta en los vídeos como alguien capaz de convertir cualquier desperdicio en una joya. En uno de ellos enseña cómo convertir una pieza vieja de bambú en una delicada bandeja para el té con forma de barco y, en otro, cómo restaurar de manera artística un escritorio ruinoso.
En continua actualización
“En la era de internet, cualquiera puede encontrar su hueco haciendo vídeos cortos con el móvil. Incluso los artesanos tenemos la oportunidad de mostrar nuestro talento”, cuenta Xie. “También te permite conocer a gente con intereses parecidos a los tuyos y conseguir nuevos clientes potenciales”, prosigue.
Según afirma, la Red es una buena plataforma para dar a conocer este tipo de artesanía tradicional a los jóvenes, principales consumidores de vídeos cortos. Dominar la técnica, sostiene, resulta esencial para poder sentar las bases del trenzado tradicional de bambú.
“Un maestro puede compartir sus conocimientos, pero luego aprender depende del trabajo de cada persona”, advierte. “Trenzar bambú es como escribir: te exige meditar antes de ponerte manos a la obra. Lo más difícil consiste en innovar y para ello necesitas echarle imaginación”, señala. Además, está convencido de que la artesanía tradicional es esencial en los tiempos modernos.
“Los jóvenes seguramente prefieran usar una funda para móvil de bambú que una normal”, aventura. Pese a que algunos de estos artículos puedan parecer abocados a desaparecer, Xie confía en la capacidad de los artesanos para actualizar los diseños de siempre y crear arte. Desde hace un tiempo, él mismo trabaja en una miniatura del CNS Fujian, el tercer portaaviones de China.