Imagine la siguiente escena. Una persona de hace 800 años viaja en el tiempo y aparece hoy en mitad de la calle Pingjiang de la ciudad de Suzhou. Sufriría un fuerte impacto al contemplar los nuevos edificios y verse inmersa en el ajetreo del distrito de Gusu, pero en el fondo no se sentiría tan desubicada. Con sus canales y sus calles paralelas, el barrio presenta un aspecto muy parecido al que tenía en tiempos de la dinastía Song (960-1279).
En este rincón de la provincia de Jiangsu, ese visitante del pasado podría incluso cruzarse con gente vestida de forma similar a él, sobre todo con chicas ataviadas con hermosos hanfu, el traje tradicional de la etnia han. Le llamarían la atención los letreros de las puertas de las mansiones antiguas: ahora hay cafés, establecimientos de artículos curiosos, tiendas que venden seda y librerías de vanguardia. Aquí, los negocios modernos se funden con las calles tradicionales.
Pingjiang, que abarca más de 116 hectáreas, es la zona histórica y cultural más antigua y mejor conservada de Suzhou. Con sus más de 2.500 años de historia, es también el casco urbano fluvial por excelencia de Jiangnan, el tramo bajo del río Yangtsé. Su arquitectura tradicional, de paredes blancas y azulejos negros, le confiere un encanto especial y la convierte en una de las joyas del patrimonio de la ciudad.
Calles con alma
Durante los fines de semana y días festivos, visitantes de lo más diverso insuflan vida a las calles de Pingjiang. Algunos deambulan por los antiguos callejones vestidos con hanfu. Otros se relajan junto al agua y disfrutan de conciertos de música tradicional. Hay también quienes, sumergiéndose en el más puro “estilo de vida de Suzhou”, se deleitan explorando las hermosas residencias históricas que se esconden en las callejuelas.
En los últimos años, la palabra clave de Suzhou a la hora de preservar su patrimonio ha sido “activar”. Gracias a diversos proyectos de renovación urbana, los lugares históricos conviven a la perfección con la vida moderna. Muchos edificios antiguos de la ciudad vieja han sido restaurados y ahora están llenos de vida.
La calle Pingjiang se ha convertido en un centro de turismo integral y en estandarte del estilo de vida de Suzhou. No se trata solo de un destino para mochileros. También es el hogar de 8.000 familias, que tienen todos los servicios necesarios a mano en un radio de 15 minutos.
Lu Jianying, artesana del bordado tradicional de Suzhou, considera el casco antiguo su hogar desde hace tres décadas. No ha visto cambios en el exterior de las casas históricas, pero sí en el interior, donde los vecinos disfrutan de comodidades modernas. Según señala, “la calle Pingjiang es como el bordado de doble cara típico de la ciudad. Combina la tradición y el encanto de lo antiguo con la modernidad y la energía de lo nuevo”. En su opinión, “conservar los barrios históricos no solo preserva el patrimonio, sino que también genera nuevas oportunidades y propicia el crecimiento económico”.
En 2005, la zona histórica de Pingjiang recibió una Mención de Honor en los Premios de Conservación del Patrimonio Cultural de Asia-Pacífico de la Unesco. Además, en 2015 se la reconoció como uno de los distritos históricos y culturales más importantes de China.
Según Wang Yongfa, director del departamento de planificación y salvaguarda del comité que protege la ciudad antigua, lo importante no solo es conservar la arquitectura del distrito, sino también sus animadas escenas callejeras y sus formas de vida. Los vecinos están concienciados y colaboran. Además, se han escaneado en tres dimensiones edificios importantes con el fin de crear réplicas exactas en formato digital y conservarlas en la nube. En el futuro, serán clave para acometer proyectos de restauración.