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Tres milenios de enigmas
Máscara de oro de 28 centímetros de altura localizada en la fosa 5 de Sanxingdui.

Tres milenios de enigmas

Nuevos descubrimientos arqueológicos arrojan luz sobre la antiquísima cultura de Sanxingdui, tan misteriosa que se ha llegado a vincular con la vida extraterrestre
WANG KAIHAO - 19 May 2021 7:35

Trabajar en un sitio como Sanxingdui es el sueño de cualquier arqueólogo. Por eso Lei Yu, jefe del equipo que está sacando a la luz las ruinas de este espectacular yacimiento de Guanghan, en la provincia de Sichuan, puede decir que le ha tocado la lotería. 

El enclave tiene más de 3.200 años de historia y lleva décadas ofreciendo tesoros a los especialistas. Cuando en 1986 se descubrieron por casualidad dos fosas destinadas a sacrificios –la mayoría de los expertos apoya esta teoría por los restos de objetos rotos y quemados que se encontraron allí–, fue todo un hito.

De los pozos 1 y 2  de Sanxingdui se recuperaron más de 1.000 artilugios, entre ellos numerosas piezas de bronce con inscripciones, estatuillas y máscaras con grandes pupilas para rostros humanos. También un delicado árbol sagrado de tres metros de altura, que se cree era adorado como si fuera una escalera hacia el cielo.     

Sanxingdui se descubrió en 1929, aunque la primera excavación arrancó en 1934. La lideró David Crockett Graham, un investigador de Estados Unidos que dirigía un museo en Chengdu. No obstante, las agitadas décadas que vendrían después interrumpieron las obras en el yacimiento, al que no se le dio importancia hasta el mencionado descubrimiento de los años ochenta.

Desde entonces, en su superficie de 12 kilómetros cuadrados no han dejado de desenterrarse murallas, pilares y tumbas, lo que ha hecho emerger poco a poco la ciudad prehistórica más grande que se conoce en el tramo superior del río Yangtsé. En vista de su magnitud, los arqueólogos cambiaron de enfoque y empezaron a buscar los restos de un mausoleo de alto rango. 

Ciencia contra creencia

Entre 2019 y 2020 se encontraron seis fosas más cerca de las dos primeras, a las que se asignaron los números del 3 al 8. Tienen entre 3,5 y 19 metros cuadrados, y de ellas se han extraído desde octubre cerca de 500 objetos. 

Cuando Lei anunció este descubrimiento el pasado 20 de marzo en Chengdu, la capital de Sichuan, las redes sociales chinas estallaron de júbilo. 

Su equipo ha localizado una larga lista de artilugios que podrían convertirse en tesoros nacionales. Si bien la mayoría de sus hallazgos recientes proceden de las fosas 3, 4 y 5, también en las otras comienzan a asomarse diversos objetos de valor. Entre los últimos hitos destaca una máscara de oro localizada en la fosa 5, que guarda cierto parecido a otras de bronce desenterradas previamente.

Por otro lado, continúan apareciendo más máscaras de este último tipo, además de otros árboles sagrados. También se han desenterrado cien colmillos de marfil, así como jade y esculturas calcinadas que podrían reforzar la teoría de que las fosas tenían carácter sacrificial. No obstante, los nuevos objetos de bronce encontrados, muchos de ellos con más calidad que los de 1986, plantean más preguntas.

Según Lei, todavía se necesita investigar más para explicar por qué una de las figuras tiene cabeza de buey y cuerpo de dragón, por ejemplo. O cuál es la función de una escultura que muestra a un humano arrodillado con un recipiente sobre la cabeza.

Se cree que este árbol sagrado de bronce, desenterrado en 1986, era una escalera que conducía hacia el cielo. WANG KAIHAO / CHINA DAILY

“Estas mezclas revelan que los antiguos habitantes de Sanxingdui tenían mucha imaginación”, señala Lei. Tanto es así que, en 1986, cuando se descubrieron por primera vez tantos objetos misteriosos, hubo quien relacionó Sanxingdui con la influencia extraterrestre. 

“Los nuevos hallazgos podrían hacer que el público vuelva a concentrarse en el enfoque científico”, señala Zhao Congcang, profesor de la Universidad del Noroeste de Xi’an, en la provincia de Shaanxi. Como recuerda, el misterio solo puede descifrarse investigando más sobre los antiguos pobladores de la ciudad. Al fin y al cabo, son las personas las que crean las civilizaciones.  

En busca de respuestas

Según los investigadores, hay que buscar la respuesta a estas preguntas en el antiguo Estado Shu, que duró más de un milenio hasta que cayó ante el poderoso Estado Qin, durante el Período de los Reinos Combatientes (475-221 a. C.). Todavía hoy, puesto que no existen muchas evidencias históricas, continúa alimentando leyendas. 

Un proyecto académico se propone ahora entender mejor la mentalidad y el funcionamiento de Shu, nombre por el que a veces se sigue llamando coloquialmente a la actual Sichuan. Para Sun Hua, profesor de la Escuela de Arqueología y Museología de la Universidad de Pekín, “recuperar todos los objetos ceremoniales que se utilizaban en los sacrificios de hace más de 3.000 años, como los hallados en Sanxingdui, sería de gran ayuda para comprender la religión de este antiguo pueblo y su visión del mundo”.