Mientras China se esfuerza por lograr cero emisiones de carbono en 2060 y alcanzar su pico en 2030, la industria nacional del acero, una de las más contaminantes, está inmersa en una gran transformación tecnológica para reducir su impacto medioambiental.
El pasado 22 de abril, la Asociación del Hierro y el Acero de China, que aglutina a las principales acerías del país, creó un comité especial para liderar la reducción de emisiones de carbono del gremio.
Formado por expertos del ámbito académico, empresarial y siderúrgico, así como por especialistas del mundo de la construcción y de la ingeniería, el Comité para la Promoción del Bajo Carbono en la Industria del Acero se ha propuesto investigar y desarrollar nuevas tecnologías para reducir las emisiones y estandarizar los criterios relacionadas con ellas.
Menos emisiones
“El sector empezó a redoblar sus esfuerzos en esta dirección hace unos años. Aquello sentó las bases que permitirán conseguir nuevos objetivos”, señala Luo Tiejun, vicepresidente de la asociación. Muchas empresas siderúrgicas, entre ellas las de propiedad estatal, las de titularidad privada y las que lideran los mercados regionales, han realizado grandes inversiones en I+D de nuevas tecnologías, revela.
La mayoría de las siderúrgicas chinas fabrican el acero utilizando altos hornos, que emplean carbono como combustible en su proceso para reducir el hierro. Por este motivo, resulta imperativo que actualicen sus infraestructuras y sus métodos de procesado, señalan quienes conocen bien la industria. Además de reducir las emisiones durante el transporte, las alternativas pasan por recurrir a hornos eléctricos de proceso corto, aumentar el uso de otras materias primas, como las recicladas, o alimentarse de energías limpias, como el hidrógeno o la chatarra.