En vista de que China ha registrado unas cifras mejores de lo esperado durante el primer trimestre del año, de las estimulantes políticas que ha adoptado y de la resiliencia que demuestra en sus exportaciones, diversas instituciones internacionales han mejorado sus previsiones respecto al crecimiento económico del país.
Si bien Barclays había predicho que el Producto Interior Bruto (PIB) chino iba a aumentar un 4,4%, ahora espera que lo haga un 5%. Por otro lado, el Banco Mundial ha pasado de vaticinar un 4,5% de crecimiento a un 4,8%.
China avanza hacia una recuperación económica estable y está preparada para cumplir el objetivo de crecimiento anual del 5% que se había propuesto, aseguran los expertos.
Una meta alcanzable
En un momento en el que el conjunto de la economía se enfrenta a una demanda escasa y a una creciente incertidumbre externa, los especialistas solicitan un mayor apoyo fiscal para impulsar la demanda interna. Según manifiestan, es imprescindible llevar las reformas más allá para abordar algunos problemas estructurales.
Zhang Xiaoyan, decano asociado de la Escuela de Finanzas PBC de la Universidad Tsinghua de Beijing, señala que China tiene muchas posibilidades de alcanzar el crecimiento de cerca del 5% que el país había contemplado para su PIB anual.
Según indica, el país todavía tiene un gran margen para crecer y las condiciones son propicias, ya que cuenta con un enorme mercado doméstico, un sistema industrial completo y mucho talento. “Estamos dejando poco a poco atrás el impacto negativo (de la pandemia) y la economía se recupera lentamente”, afirma. Las innovaciones tecnológicas, como la inteligencia artificial y las industrias ecológicas, se convertirán en los nuevos motores del crecimiento económico, predice.
Yao Yang, director del Centro de Investigación Económica de China de la Universidad de Pekín, también ve factible que el país crezca en torno a un 5%. “El Gobierno necesita dar otro paso para estimular la demanda”, dice sugiriendo un aumento del gasto estatal.
Estimular el consumo
China ya ha anunciado que adoptará medidas para impulsar la demanda, entre las que figura la emisión de bonos especiales del Tesoro a ultra largo plazo por valor de un billón de yuanes (casi 128.000 millones de euros) este año. También llevará a cabo una renovación a gran escala de su maquinaria y firmará acuerdos para intercambiar bienes de consumo.
A finales del mes pasado, la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma y cuatro departamentos centrales publicaron de manera conjunta un documento que establece directrices para estimular el consumo en áreas como el turismo, los vehículos de motor y la electrónica.
Daniel Zipser, socio principal de la consultora McKinsey & Co, señala que el mercado de consumo chino “ha experimentado una recuperación moderada hasta la fecha” y anticipa que “esa tendencia va a continuar”.
Zipser, que es a su vez responsable del área de consumo y comercio minorista de la compañía en Asia, achaca el crecimiento de China durante los últimos 20 años al aumento de la clase media y asegura que “todavía hay un importante margen para que se expanda la urbanización y aumenten los ingresos”. Asimismo, confía en las previsiones del país a largo plazo y augura que el ascenso del grupo de población con rentas medias seguirá impulsando el consumo.
En el camino correcto
Tras las medidas que se anunciaron recientemente para flexibilizar el sector, los expertos sostienen que China está en el buen camino para abordar sus problemas inmobiliarios. Según transmiten, esperan ver medidas más contundentes que permitan asimilar el parque de viviendas y también que se introduzcan más cambios para sortear los obstáculos que impiden que la economía crezca de forma saludable.
Según Robin Xing, economista jefe de la división china de la multinacional financiera Morgan Stanley, las políticas que está adoptando el país van en la dirección correcta. “Es probable que el crecimiento nominal se mantenga estable en 2024 y mejore ligeramente en 2025”, predice. Si se implementa bien, una iniciativa para recomprar viviendas podría mejorar la liquidez de los promotores para finalizar las obras y también aumentar la oferta de vivienda pública de manera eficaz, señala Xing.
Con información de Zhou Lanxu