La semana de vacaciones que hubo en China a principios de mayo fue muy intensa para Chen Jinwei. El alojamiento rural que gestiona con su familia en la provincia de Zhejiang acogió 56 huéspedes y facturó cerca de 130.000 yuanes (16.500 euros). “Un gran negocio”, reconoce.
Chen tiene 57 años y procede de Xiaye, una aldea del condado de Xianju que suma 1.500 habitantes. Situada en la zona oeste de la falda de las montañas Shenxianju, cuenta con un río de agua potable y ordenadas calles con casas muy cuidadas. Casi todos los hogares de la localidad están relacionados, de alguna u otra manera, con negocios agroalimentarios o de turismo rural.
Oficialmente, Xiaye alberga 120 casas de huéspedes, de las que siete están certificadas por la Agencia Francesa de Desarrollo. El año pasado, la aldea recibió 590.000 visitantes, aunque Chen asegura que antes la vida no sonreía tanto a sus habitantes.
A finales de la década de 1990 y principios de la de 2000, las casas en ruinas eran más la regla que la excepción, afirma. Había basura por el suelo y los hogares estaban pegados a los gallineros, las pocilgas y los baños al aire libre. “El aire apestaba. La lluvia se mezclaba con las aguas fecales y, todo junto, acababa en la carretera”, explica.
Sin embargo, a mediados de la década de 2000, la situación empezó a cambiar a mejor. Las carreteras se asfaltaron tramo por tramo, los ríos se fueron limpiando y la cantidad de basura en el pueblo disminuyó. También se construyó un puente en condiciones que conectó una zona situada al sureste de Xiaye con el mundo exterior.
Un proyecto a largo plazo
Aquellas mejoras formaron parte de una campaña que se llevó a cabo en 2003 en toda la provincia. El 5 de junio de ese año, el actual presidente del país, Xi Jinping, que entonces era secretario del Comité Provincial de Zhejiang del Partido Comunista de China, inauguró oficialmente el Programa de Revitalización Rural Verde en la provincia.
El proyecto tenía como objetivo transformar en cinco años unos 10.000 de los 40.000 pueblos que hay en Zhejiang mediante la aplicación de diferentes medidas ecológicas, como mejorar la gestión del agua, de los residuos o apostar por el reciclaje. Con ello, aspiraba convertir 1.000 de esas localidades en ejemplos de “prosperidad moderada” en todos los aspectos.
Sin embargo, lo que se concibió como un plan a cinco años ha acabado convirtiéndose en un proyecto a largo plazo, ya que los habitantes del campo, como Chen, no dejan de obtener ganancias. Habiendo ya mejorado el entorno y las infraestructuras de aldeas como Xiaye, a partir de 2010 las autoridades de Xianju comenzaron a realizar grandes inversiones para restaurar y construir casas destinadas a los habitantes del rural. Esto implicó convertir algunos hogares en casas de huéspedes con el fin de que los lugareños pudieran beneficiarse de la creciente industria turística, que avanzaba a toda velocidad.
Desde entonces, Xiaye y otras aldeas han acometido más cambios. Entre ellos figura la construcción de recintos colectivos para el ganado, que permiten a los lugareños criar a sus animales lejos de sus casas. También se ha implantado un moderno sistema de depuración de aguas residuales y se ha promovido la separación de basuras, entre otras medidas.
Aumento del nivel de vida
Los ingresos per cápita en Xiaye han pasado de situarse en 5.020 yuanes (636 euros) en 2010 a alcanzar los 29.027 yuanes (3.681 euros) en 2022. En 2002, justo un año antes de que se pusiera en marcha el Programa de Revitalización Rural Verde, Xi visitó 25 condados pertenecientes a las 11 ciudades de Zhejiang en menos de cuatro meses. El objetivo: realizar una profunda investigación de campo.
En aquel momento, los estudios que llevaron a cabo las autoridades de asuntos rurales revelaron que al menos 4.000 aldeas de la provincia gozaban de un entorno relativamente bueno. A finales del año pasado, ya había 36.000 localidades clasificadas como “hermosas aldeas de la nueva era”, lo que supone más del 90% del total de la provincia. Para establecer este ranking se tuvieron en cuenta 100 indicadores relacionados con la ecología, la habitabilidad o las infraestructuras, entre otros.
Durante las dos últimas décadas, autoridades de Zhejiang de distintos niveles administrativos han invertido más de 200.000 millones de yuanes (25.360 euros) en embellecer el campo. Gracias a la aplicación sistemática del Programa de Revitalización Rural Verde, tanto la provincia como China han obtenido reconocimiento internacional.
En septiembre de 2018, el proyecto recibió el premio Campeones de la Tierra del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el mayor galardón que concede la organización en cuestiones medioambientales. Según la web de PNUMA, el programa, que ha tenido un “éxito excepcional”, revela “el poder transformador que tiene combinar el desarrollo económico con el medioambiental”.
Con información de Li Lei