Los analistas confían en que el inminente coche autónomo dé un impulso a las industrias chinas de algoritmos, software y otros sistemas avanzados de asistencia al conductor.
La industria ADAS (sistemas avanzados de asistencia a la conducción, por sus siglas en inglés) incluye radares, cámaras y sensores ultrasónicos que ayudan a que la conducción sea más segura. La tasa de penetración en el mercado de esta tecnología es baja en China. "Está entre el 3 y el 6%. En EE UU y Europa oscila entre el 8 y el 12", dice Zheng Fangdan, consultor sénior de la firma china de investigación CCID Consulting Co.
Gracias al impulso del automóvil sin conductor, se espera que el mercado nacional de ADAS alcance 87.700 millones de yuanes (11.200 millones de euros) en 2020. Cuando hace dos años era ocho veces menor, dice Zheng.
Un informe de Goldman Sachs prevé que el mercado de sistemas de asistencia al conductor y vehículos autónomos pase de 2.500 millones de euros en 2015 a 77.500 millones en 2025 y 234.000 en 2035.
Los algoritmos y el software, claves en la fabricación de coches autónomos, experimentarán un notable desarrollo en el futuro, dice Zheng.
Yu Jie, co-director ejecutivo de JointWyse Automotive Co de Beijing, lo corrobora: "Prevemos que el software sea capaz de interpretar estímulos a través de sensores para que la conducción autónoma sea una realidad". La demanda de sensores, redes y otros elementos claves para el coche sin conductor crecerá, dice.
China trabaja en las cuestiones legales que conciernen a los vehículos autónomos, que se encuentran en el proceso final antes de su comercialización.
Las autoridades locales en Beijing han publicado una guía donde se especifican las pruebas en carretera hachas con coches sin conductor. El Ministerio de Transporte hará investigaciones antes de adoptar políticas que afecten a este sector.
El Gobierno tiene previsto expedir la primera matrícula de un coche sin conductor en junio, afirmó Zhu Xichan, profesor de la Escuela de Estudios Automovilísticos de la Universidad Tongji, en la Conferencia Mundial de Ecosistemas de Vehículos Autónomos celebrada el pasado noviembre.
Aunque la promesa de coches autónomos es emocionante, "la innovación conlleva riesgos", dice el informe de Goldman Sachs.
"Otorgar todo el poder al software puede dar lugar a casos de piratería. Unos problemas que los fabricantes no pueden ignorar. Los más probable es que estos coches permitan a los conductores intervenir en situaciones de emergencia”.
Las empresas pondrán sus esfuerzos en afinar la automatización parcial en los próximos años para superar los desafíos de que el software presenta a los coches autónomos, dice.