Conforme aumenta la presión arancelaria por parte de Estados Unidos y el comercio internacional se fragmenta, China y la Unión Europea estrechan su colaboración. Según señalan los expertos, este acercamiento revela que ambas potencias apuestan por la apertura, la estabilidad y el beneficio mutuo en un mundo cada vez más incierto.
En 2024, China invirtió en la UE 10.000 millones de euros, un 47% más que en el año anterior, lo que supuso el primer crecimiento significativo de este gasto desde 2016.
Según un informe reciente del Grupo Rhodium y el Instituto Mercator para Estudios sobre China, este aumento se debe a que el país asiático no solo ha invertido en adquirir y fusionar empresas dentro el continente, sino también en crear nuevos proyectos desde cero en suelo europeo. Estos movimientos –recoge el estudio– reflejan que ambas potencias van a complementarse en el largo plazo.
En un momento en el que la subida de aranceles por parte de Washington amenza con desestabilizar las cadenas mundiales de suministro, el vínculo económico entre China y la UE tiene un peso estratégico. Según datos del Ministerio de Comercio chino, hasta finales de 2024 las empresas del espacio comunitario habían invertido en el país asiático 150.000 millones de dólares (132.000 millones de euros).
Colaborar de forma más estrecha en energías renovables, fabricación inteligente e inteligencia artificial no solo beneficiará a ambas partes, sino que ayudará a proteger un sistema de comercio basado en el multilateralismo, aseguran los analistas.
En un momento en el que la subida de aranceles por parte de Washington amenza con desestabilizar las cadenas mundiales de suministro, el vínculo económico entre China y la UE tiene un peso estratégico. Según datos del Ministerio de Comercio chino, hasta finales de 2024 las empresas del espacio comunitario habían invertido en el país asiático 150.000 millones de dólares (132.000 millones de euros). Colaborar de forma más estrecha en energías renovables, fabricación inteligente e inteligencia artificial no solo beneficiará a ambas partes, sino que ayudará a proteger un sistema de comercio basado en el multilateralismo, aseguran los analistas.
De acuerdo con el informe, 2024 fue el tercer año consecutivo en que China aumentó su inversión en lanzar nuevos proyectos en Europa, lo que se tradujo en una inyección de 5.900 millones de euros, un máximo histórico. Por otro lado, la cantidad que destinó a fusionar y adquirir empresas –4.100 millones de euros– duplicó de largo a la del ejercicio anterior.
La empresa china Contemporary Amperex Technology (CATL), líder mundial en la producción de baterías para coches eléctricos, fue la compañía del país asiático que más invirtió en Europa en 2024. Su gasto supuso el 16% del total y lo destinó sobre todo a construir una fábrica de baterías en Hungría.
En busca del beneficio común
Con la nueva guerra comercial con Estados Unidos como telón de fondo, China podría incluso aumentar su inversión en la UE en 2025, asegura el estudio del Grupo Rhodium y el Instituto Mercator.
Simon Lichtenberg, presidente fundador de la Cámara de Comercio Danesa en China, cree que Europa se ha dado cuenta de que depender excesivamente de Estados Unidos puede causarle problemas y ahora desea adoptar un perfil más independiente.
Según afirma, este cambio de mentalidad supone una oportunidad para que colabore más con China, ya que ambas aspiran a navegar con éxito las aguas de la compleja geopolítica actual. “Ahora más que nunca, necesitamos defender el comercio internacional. Juntos somos más fuertes y todos podemos salir ganando si trabajamos en la misma dirección”.