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Hacia el progreso con una fórmula propia
Dos trabajadores supervisan una planta de energía fotovoltaica construida en Tailandia con el apoyo de la tecnológica china Huawei.

Hacia el progreso con una fórmula propia

Con su particular proceso de modernización, China propone un nuevo paradigma de desarrollo que revierte en la comunidad internacional y que inspira a otros países
CAO DESHENG - 17 May 2023 14:05

Mientras China se esfuerza por avanzar en su proceso de modernización, el resto de las naciones se concentra en analizar cómo logrará cumplir su meta de convertirse en un país socialista moderno para mediados de este siglo y cuál será el impacto de esa transformación en el panorama internacional.

En su XX Congreso Nacional, que se celebró en octubre de 2022, el Partido Comunista de China (PCCh) se marcó como principal objetivo revitalizar la nación aplicando la fórmula de modernización china.

El Partido considera que modernizar el país no consiste únicamente en conseguir riqueza material o alcanzar un nivel de eficiencia superior al que ofrece el sistema capitalista. Ante todo, estima que se trata de lograr un mayor grado de igualdad social, que permita proporcionar una vida digna y próspera a sus 1.400 millones de habitantes y fomentar la armonía entre los seres humanos y la naturaleza.

Es más, el PCCh garantizó que la modernización de China no iba a conseguirse mediante colonizaciones ni invasiones, sino que estaría alineada con un desarrollo pacífico. También puntualizó que no pretende expandirse ni tiene vocación hegemónica.

El pasado 21 de abril, el presidente Xi Jinping subrayó esta idea en el mensaje de felicitación que envió al Foro Lanting sobre la Modernización China y el Mundo, celebrado en Shanghai. En su carta, aseguró a la comunidad internacional que los nuevos logros de la modernización nacional brindarán oportunidades inéditas para el desarrollo global. La puesta a punto del país también impulsará a su vez nuevas vías para que la humanidad pueda actualizarse y diseñar mejores sistemas sociales. 

Diversos líderes políticos, ejecutivos e investigadores de laboratorios de ideas de los casi 80 países que participaron en el foro se hicieron eco de las palabras de Xi. Según afirmaron, el proceso de modernización de China no solo es importante para el pueblo chino, sino que supone la creación de un nuevo modelo de progreso humano.

“El gran impacto que tiene esta modernización para los países del Sur Global consiste en crear una comunidad con un futuro compartido para la humanidad. Este compromiso que asume China podría contribuir a cerrar la brecha entre Norte y Sur y ayudar a construir un orden internacional multipolar que fuera más inclusivo”, señaló Dilma Rousseff, presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo, el banco multilateral establecido por el grupo Brics.

Transformación récord

Modernizar China ha sido un proyecto lleno de dificultades, que ha requerido mucha perseverancia. Incontables patriotas han buscado en Occidente una fórmula que permitiese salvar el país, pero no la han encontrado.   

Bajo el liderazgo del PCCh, China ha encontrado la manera de poder modernizarse a través de su propio esfuerzo. A lo largo de los últimos 100 años, la nación ha pasado de ser un país empobrecido y atrasado a convertirse en la segunda economía del mundo, el principal comerciante de bienes, el mayor tenedor de reservas de divisas y el más potente fabricante internacional.

China ha puesto en marcha los sistemas de educación obligatoria, seguridad social y sanidad más grandes del mundo. También ha logrado en unas pocas décadas el nivel de industrialización que otros países desarrollados tardaron siglos en alcanzar.

Mientras China se esfuerza por avanzar en su proceso de modernización, el resto de las naciones se concentra en analizar cómo logrará cumplir su meta de convertirse en un país socialista moderno para mediados de este siglo y cuál será el impacto de esa transformación en el panorama internacional.

En su XX Congreso Nacional, que se celebró en octubre de 2022, el Partido Comunista de China (PCCh) se marcó como principal objetivo revitalizar la nación aplicando la fórmula de modernización china.

El Partido considera que modernizar el país no consiste únicamente en conseguir riqueza material o alcanzar un nivel de eficiencia superior al que ofrece el sistema capitalista. Ante todo, estima que se trata de lograr un mayor grado de igualdad social, que permita proporcionar una vida digna y próspera a sus 1.400 millones de habitantes y fomentar la armonía entre los seres humanos y la naturaleza.

Es más, el PCCh garantizó que la modernización de China no iba a conseguirse mediante colonizaciones ni invasiones, sino que estaría alineada con un desarrollo pacífico. También puntualizó que no pretende expandirse ni tiene vocación hegemónica.

El pasado 21 de abril, el presidente Xi Jinping subrayó esta idea en el mensaje de felicitación que envió al Foro Lanting sobre la Modernización China y el Mundo, celebrado en Shanghai. En su carta, aseguró a la comunidad internacional que los nuevos logros de la modernización nacional brindarán oportunidades inéditas para el desarrollo global. La puesta a punto del país también impulsará a su vez nuevas vías para que la humanidad pueda actualizarse y diseñar mejores sistemas sociales. 

Diversos líderes políticos, ejecutivos e investigadores de laboratorios de ideas de los casi 80 países que participaron en el foro se hicieron eco de las palabras de Xi. Según afirmaron, el proceso de modernización de China no solo es importante para el pueblo chino, sino que supone la creación de un nuevo modelo de progreso humano.

“El gran impacto que tiene esta modernización para los países del Sur Global consiste en crear una comunidad con un futuro compartido para la humanidad. Este compromiso que asume China podría contribuir a cerrar la brecha entre Norte y Sur y ayudar a construir un orden internacional multipolar que fuera más inclusivo”, señaló Dilma Rousseff, presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo, el banco multilateral establecido por el grupo Brics.

Transformación récord

Modernizar China ha sido un proyecto lleno de dificultades, que ha requerido mucha perseverancia. En los últimos tiempos, incontables patriotas han buscado en Occidente una fórmula que permitiese salvar el país, pero no la han encontrado.   

Bajo el liderazgo del PCCh, China ha encontrado la manera de poder modernizarse a través de su propio esfuerzo. A lo largo de los últimos 100 años, la nación ha pasado de ser un país empobrecido y atrasado a convertirse en la segunda economía del mundo, el principal comerciante de bienes, el mayor tenedor de reservas de divisas y el más potente fabricante internacional.

China ha puesto en marcha los sistemas de educación obligatoria, seguridad social y sanidad más grandes del mundo. También ha logrado en unas pocas décadas el nivel de industrialización que otros países desarrollados tardaron siglos en alcanzar.

En los 40 años que han transcurrido desde que se inició la reforma y la apertura, el Gobierno chino ha sacado de la pobreza a más de 800 millones de personas y ha conseguido que la población con renta media supere los 400 millones.

China es en la actualidad el principal socio comercial de más de 140 países y regiones. Según cifras de su Ministerio de Relaciones Exteriores, cada día realiza inversiones directas por valor de 320 millones de dólares (294 millones de euros) en todo el mundo y cada mes atrae a más de 3.000 empresas extranjeras.

Los inversores extranjeros no pueden permitirse ignorar las descomunales perspectivas comerciales que ofrece el enorme mercado chino, que presume de tener una población de renta medias en rápida expansión.

Crecer sin perder de vista el componente social

Debido a la incertidumbre provocada por la creciente competencia geopolítica que existe entre los principales países del mundo, algunos analistas muestran su escepticismo sobre el proceso de modernización de China, pero otros consideran que tiene un enorme potencial.

Martin Jacques, ex alto miembro del Departamento de Política y Estudios Internacionales de la Universidad de Cambridge, recuerda que la gente tiende a pensar en la modernización sobre todo en términos tecnológicos y económicos. “Evidentemente, creo que son asuntos importantes, pero eso implica adoptar una visión demasiado limitada... También son fundamentales las oportunidades que la transformación de China brinda al mundo a la hora de desarrollarse y modernizarse, en especial a los países en vías de desarrollo”, recalca.

Essam Sharaf, ex primer ministro egipcio y alto miembro no residente del Instituto Chongyang de Estudios Financieros de la Universidad Renmin de China, considera que la modernización de China se basa en cuatro pilares clave: cooperación, armonía, paz y desarrollo.

En su opinión, al adoptar estos pilares, China consigue que su transformación revierta en la comunidad internacional. Para ello, se sirve de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, la Iniciativa para el Desarrollo Global, la Iniciativa para la Seguridad Global y la Iniciativa de la Civilización Global, consideradas bienes públicos ofrecidos por la nación al resto del mundo.

Por su parte, Mamadou Tangara, ministro de Relaciones Exteriores de Gambia, asegura que el proceso emprendido por China “aborda de manera decidida los déficits de desarrollo, paz, gobernabilidad y confianza que existen en el mundo”. Según sostiene, muchos consideran que el rápido crecimiento económico que ha experimentado el país y la estabilidad social que ha conseguido a largo plazo son un milagro histórico.

Además de luchar contra la pobreza, la nación ha buscado el bien común, ha promovido la conservación de la naturaleza y ha defendido una democracia centrada en las personas y el Estado de derecho. “China ha inspirado a muchos países en vías de desarrollo a buscar una fórmula propia que les permita reducir la pobreza y trazar su particular camino hacia el desarrollo económico y la prosperidad”, sentencia.