La economía china creció un 5,3% en la primera mitad de 2025, según revelaron fuentes oficiales el 15 de julio, un hecho que ha logrado pese a tener el viento en contra dentro del panorama internacional y que sienta una buena base para alcanzar su objetivo de crecer alrededor de un 5% este año.
De acuerdo con las previsiones de los analistas, la tendencia continuará durante la segunda mitad del año debido al amplio margen que tiene el Gobierno para maniobrar y aplicar medidas, así como a la recuperación de la demanda nacional y a la resiliencia de las exportaciones.
De cara al futuro, los especialistas creen que las máximas autoridades del país podrían centrarse en mantener la estabilidad económica y recuperar la confianza del mercado mediante fuertes estímulos fiscales y una mayor flexibilización monetaria, medidas que se destinarían a incentivar la demanda interna y sortear los obstáculos procedentes del exterior.
Según el Buró Nacional de Estadísticas, el PIB de China aumentó un 5,2% interanual en el segundo trimestre del año, lo que supone una desaceleración respecto al 5,4% registrado entre enero y marzo.
La política fiscal, clave para impulsar el desarrollo
“La economía china tuvo un primer semestre sólido, a lo que contribuyó la resiliencia de las exportaciones”, afirma Louise Loo, principal economista del centro de estudios británico Oxford Economics. “El aumento secuencial del PIB se moderó en el segundo trimestre pero, aún así, permitió que durante el primer semestre alcanzara una subida del 5,3%, holgadamente por encima del objetivo oficial del 5% que se ha propuesto crecer el país en todo el año”.
Después de registrar un aumento del 5,8% en mayo, la producción industrial con valor añadido creció un 6,8% en junio respecto al ejercicio anterior. Por otro lado, y tras haber ascendido un 6,4% interanual en el quinto mes del año, las ventas al por menor –un indicador clave para evaluar el gasto de los consumidores– ascendieron un 4,8% en el sexto.
Como sugiere la gran emisión de bonos del Estado que se llevó a cabo en junio, se espera que el motor principal del crecimiento de China sea su propia política fiscal, opina Loo.
“Predecimos que se renovará la financiación del programa de intercambio, ya que influye de forma inmediata en la demanda”, añade la experta, en referencia a los incentivos que reciben los consumidores cuando entregan un artículo usado al adquirir uno nuevo.
Buenas previsiones para la segunda mitad del año
Durante el primer semestre del año, el consumo final supuso el 52% del crecimiento económico de China. En el segundo trimestre, representó el 52,3%, una cifra ligeramente superior, según el buró de estadísticas.
En opinión de su subdirector, Sheng Laiyun, “estos datos revelan que la demanda interna, y en particular el consumo, continúa siendo el principal motor que impulsa el PIB”.
Los datos del buró revelan que las ventas al por menor aumentaron un 5% interanual en el primer semestre de 2025, frente al 4,6% del primer trimestre.
“El momento alcista que se ha visto en la primera mitad del año probablemente se mantenga en la segunda”, aventura Sheng, al tiempo que señala que ya se están implementando nuevas medidas para impulsar el consumo, entre las que se incluyen ayudas económicas.
Ming Ming, principal economista de la sociedad de valores china Citic, cree que, teniendo en cuenta el buen desempeño de China durante el primer semestre, es posible que las políticas fiscales apuesten por medidas innovadoras. “Es probable que se centren en áreas clave de la economía, como incentivos para desinvertir en propiedades, un mayor desarrollo del sector servicios y estímulos para el consumo”, declaró.
Wang Qing, principal analista de datos macroeconómicos de la agencia de calificación crediticia Golden Credit Rating International, ve factible que China recurra a más ajustes anticíclicos “no convencionales” en el segundo semestre del año para amortiguar las presiones procedentes del exterior.