Yihong fabrica adaptadores USB de tipo C y tiene solo 45 trabajadores cualificados. Desde un callejón de Guangzhou, provincia de Guangdong, la compañía distribuye cada día 300.000 de estos artículos a todo tipo de empresas de electrónica. Entre sus clientes, las japonesas Sony y Nintendo o la china Xiaomi.
Pese a que el año pasado se produjo una desaceleración en el sector de los productos electrónicos, las ventas de Yihong todavía siguen creciendo. Su clave: cuenta con una cadena de suministro completa que sabe adaptarse.
No es un caso aislado. Debido a las mejoras que se han introducido durante la última década en la elaboración de los productos y en todas las etapas que forman parte del proceso comercial, China ha dejado de ser solo la fábrica del mundo para convertirse en un actor crucial de la producción global del futuro.
Los vehículos de energías alternativas, las fábricas que incorporan 5G o gigantes del comercio electrónico como Shein y Temu están transformando el sector manufacturero en todo el planeta. De hecho, buena parte del éxito chino se debe al modelo que han desarrollado estas dos firmas. Sus cadenas de suministro son flexibles y se basan en macrodatos que anticipan la demanda, lo que les permite ser rápidas e inteligentes a la hora de producir.
Producción avanzada
El director ejecutivo de Apple, Tim Cook, aseguró en una entrevista concedida a China Daily que los proveedores chinos de la compañía tienen en estos momentos la fabricación más avanzada del planeta. “Disponen de una automatización personalizada. Cuentan con robótica, vehículos de guiado automático y sistemas de visión muy precisos. No hay cadena de suministro más decisiva para Apple que la de China”, afirmó. “Cada vez invertimos y construimos más allí”.