La impresión, uno de los grandes inventos de la antigua China, entra en una nueva dimensión. La llegada de la inteligencia artificial y la fabricación en 3D ha provocado que la industria experimente un gran cambio. “Cada vez se innova más en este segmento”, afirma Liu Xiaokai, un alto funcionario de la Administración Nacional de Prensa y Publicaciones.
Liu hizo estos comentarios en la primera conferencia de innovación de impresión en Beijing el pasado septiembre. En el evento, los grandes de la industria firmaron una alianza para fabricar de manera inteligente. Se creará una nube en la que se compartirá conocimiento para adaptarse a esta era dominada por las nuevas tecnologías.
La Academia China de Tecnología de Impresión comanda esta alianza en la que se engloban institutos de investigación, universidades y grandes de la industria. Sectores como la medicina, la automoción, la electrónica de consumo y los juguetes hacen uso de la impresión en 3D. “Esta tecnología ha entrado en un periodo dorado en China”, afirma Wang Peng, secretario general de la Alianza de Fabricación Aditiva de China. “Después de años de desarrollo, ha pasado de ser un concepto innovador a algo útil para actualizar las fábricas”.
Wang afirma que la impresión en 3D está en auge y que la industria se ha convertido en un negocio en el que la inteligencia artificial tiene mucho peso. “El modelo de fabricación que hemos desarrollado converge con el que aplican los países líderes en este sector”.
Automoción
Pix, una startup de automóviles en la provincia de Guizhou, fabrica coches autónomos con impresoras 3D. “La automatización ha mejorado el proceso de fabricación, pero la mayoría de la maquinaria utilizada se encuentra por detrás de las tecnologías de impresión en 3D, inteligencia artificial o big data, que están impulsando el cambio hacia los vehículos autónomos”, afirma Cao Yuteng, jefe de operaciones de Pix.
Las piezas fabricadas con impresoras 3D son más livianas que las convencionales, lo que redunda en un menor coste del vehículo, menor gasto en mantenimiento y mayor fiabilidad.
En China, el sector de la impresión 3D alcanzó unos ingresos por valor de 223 millones de euros en 2017, casi un 48% más con respecto al año anterior, según un informe de la industria.