Lu Jiang se ha dado cuenta de que sus amigos, acostumbrados desde hace tiempo a beber vino en las cenas de negocios, han desarrollado un nuevo hábito: tomarlo en casa.
“Cada dos días, uno descorcha una botella con su mujer. Y otro comenta que tiene una relación más cercana con su padre porque ahora conversan con una copa todas las noches”, relata este enólogo de Beijing, de 45 años. Ha advertido que en las citas de trabajo triunfan las grandes marcas de vino, mientras que en los hogares la gente se decanta por opciones más económicas.
La pandemia del coronavirus ha cambiado el consumo de alcohol en China. Ha propiciado que conquiste espacios nuevos, pero también que se compre más online que en establecimientos físicos. En la primera mitad de 2020, el país importó y produjo menos licores que en el mismo período del año pasado, pero fabricantes y distribuidores esperan que las ventas repunten en el segundo semestre.
Un tinto español que triunfa
Desde que empezó la crisis de la covid-19, el vino Caperucita Tinta, producido en Valencia, se ha convertido en uno de los más populares en China. Este tinto español, que se vende en muchos sitios a 88 yuanes (10,59 euros), se conoce allí como Xiao Hong Mao, en referencia a la prenda roja que aparece en su etiqueta.

El viticultor Luan Dawei, gerente de Jiashijiu, lleva importando Caperucita Tinta cinco años. Achaca su éxito a que tiene un “cuerpo ligero y jugoso” que lo hace fácil de beber y también a su característico diseño. Según afirma, desde que empezó 2020 se han vendido ya en el país 3 millones de botellas de la marca valenciana y vaticina que al cierre del ejercicio serán 10 millones. Solo el equipo de Luan ha colocado esta firma en 100.000 establecimientos chinos.
“Se vende bien en Internet porque tiene una historia detrás y una etiqueta atractiva”, explica el viticultor. La pandemia, recuerda, ha acabado con las recomendaciones cara a cara que se hacían antes en tiendas y restaurantes. “Desde que llegó la covid-19, ha habido menos envíos de Europa a China. Ahora se tarda más y es más caro”, explica.
Durante los cinco primeros meses del año, China importó 478.000 millones de litros de bebidas alcohólicas, un 30% menos que en el mismo período de 2019, según la Cámara de Comercio de Importación y Exportación de Alimentos, Productos Autóctonos y Derivados de Animales de China.
No obstante, Han Liwen, especialista en compras de bebidas de Freshippo, la cadena de supermercados de la plataforma Alibaba, afirma que las ventas de licores que valen entre 200 y 400 yuanes (24 y 48 euros) han aumentado significativamente desde que empezó el brote, lo que contrasta con la caída generalizada del resto del mercado. Debido a la pandemia, los clientes están haciendo compras más racionales en lo que a alcohol se refiere y son más selectivos, afirma.
Aunque la covid-19 no ha afectado mucho a las ventas de las primeras marcas y de los productores premium, sí que ha alterado profundamente el nicho de mercado. Jiao Guoqiang, gerente de COFCO W&W International, recuerda que, aunque el negocio ha sufrido un bajón acusado en tiendas y restaurantes, los pedidos han aumentado en Internet.
De hecho, su compañía organiza desde mayo clases sobre vino en streaming desde las plataformas JD y Douyin, que, solo en junio, recibieron 1,7 millones de visitas. Confía en que el marketing online atraiga a más clientes en la segunda mitad del año.