La Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés) es un macro proyecto de transportes e infraestructuras que aspira a conectar Asia con Oriente Medio, Europa y África a través de distintos corredores terrestres y marítimos.
Colaborando entre sí, distintas regiones del mundo pueden obtener beneficios mutuos y acceder a cada vez más oportunidades de desarrollo, como demuestra el creciente flujo de inversiones y comercio que ha tenido lugar entre China y otras economías de la BRI durante los últimos siete años.
Transporte fluido
Según la Administración General de Aduanas de China, el comercio entre este país y las economías que participan en la Iniciativa de la Franja y la Ruta aumentó un 1,5% en los primeros tres trimestres del año, hasta situarse en los 860.000 millones de euros. En concreto, las transacciones con Vietnam y Turquía crecieron un 18,5% y un 17,1%, respectivamente, mientras que con Polonia y Tailandia lo hicieron un 13% y un 10,9%.
Por otro lado, ha aumentado el flujo de trenes de mercancías entre el gigante asiático y Europa, lo que significa que los lazos económicos entre China y las economías de la BRI se están estrechando. A pesar de la pandemia de la Covid-19, durante el primer semestre del año se realizaron más de 5.120 viajes en tren dentro de la ruta, un 36% más que en el ejercicio anterior, de acuerdo con datos de la compañía estatal China Railway. A finales de septiembre, ya había operado 30.000 trenes desde el lanzamiento de sus servicios de mercancías.
Oportunidades para todos
El volumen del comercio de mercancías ente China y los países y regiones que participan en la Iniciativa de la Franja y la Ruta pasó de 894.000 millones de euros en 2013 a 1,15 billones de euros en 2019. Durante ese periodo, el gigante asiático realizó una inversión directa de 100.850 millones de euros en las economías de la BRI. A finales del año pasado, el capital de inversión extranjera se situó en 154.290 millones de euros, el 8,2% del total de China.
El aumento de la inversión no financiera en el extranjero se hizo incluso más evidente en los primeros nueve meses de este año. Según el Ministerio de Comercio, creció más de un 30% respecto al ejercicio anterior y alcanzó los 11.000 millones de euros.
“No resulta sorprendente que el comercio y las inversiones entre China y las regiones de la BRI continúen creciendo en medio de la recesión global”, afirma Bai Ming, subdirector de investigación del mercado internacional de la Academia de Comercio Internacional y Cooperación Económica de China. Esto se debe, según indica, a que el macro proyecto “impulsa la cooperación económica, lo que se traduce en beneficios y desarrollo”.
De acuerdo con la academia, el país asiático firmó 17 acuerdos de libre comercio (ALC) con 25 países a finales de 2019 y es probable que rubrique o actualice 12 más. Hasta mayo, China había cerrado 200 acuerdos de cooperación con 138 países y regiones y con 30 organizaciones internacionales dentro del marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta.