Según los especialistas, las operadoras de telefonía móvil, las empresas y los fabricantes de equipos de telecomunicaciones necesitan coordinarse para aumentar las aplicaciones del 5G en la industria. Ese esfuerzo conjunto, afirman, ayudará a acelerar la transformación digital en una gran variedad de sectores económicos.
Para Denis Depoux, director general global de la consultora Roland Berger, una de las dificultades a la hora de promover el 5G reside en que cada empresa o sector tiene unas necesidades específicas. Para que puedan sacar provecho de esta tecnología, necesitan que se personalice.
“¿Quién está haciendo este trabajo?”, se pregunta Depoux. “Sin duda, los fabricantes de 5G tienen ideas, pero su función principal consiste en desarrollar esta tecnología móvil. No pueden pararse a pensar qué hará cada tipo de industria con ella”.
Hay que adaptar la tecnología a las necesidades de cada sector según su modelo de negocio, de forma que la industria tradicional pueda mejorar lo que está haciendo, aumentar su eficiencia y reducir costes, señala.
“Los fabricantes de equipos de telecomunicaciones no pueden hacerlo todo. Las operadoras de telefonía móvil son clave, ya que se encargan de la interfaz que pone en contacto a los usuarios con la tecnología. Su principal responsabilidad es ponerse de acuerdo con ellos para descubrir modelos de negocio en los campos de la minería, la construcción, los hospitales y las manufacturas”, dice Depoux.
Un gran potencial
Si se considera las posibilidades que puede tener en el futuro el Internet de las cosas aplicado a la industria, las empresas se perfilan como un mercado potencialmente más grande para el 5G que el de los consumidores. Según Depoux, esta tecnología combina baja latencia y capacidad para gestionar cantidades ingentes de datos, lo que puede dar pie a aplicaciones muy punteras. “No obstante, cada tipo de industria le da un uso distinto”, recuerda. “Las operadoras de telefonía móvil, las empresas y los fabricantes de equipos de telecomunicaciones, entre otros, tienen mucho trabajo conjunto por hacer”, sentencia.
Hou Mingjuan, vicepresidenta de la firma estadounidense de chips informáticos Qualcomm, opina que “ahora se conoce mucho mejor el potencial del 5G, no solo para mantenernos conectados, sino para digitalizar la sociedad y la economía”. A diferencia de lo que se ha sucedido en el pasado, el concepto de usuario se va a ampliar mucho en la era 5G, afirma. “Convertirá la conducción en algo más seguro, mejorará la comunicación entre médicos y pacientes y posibilitará que las fábricas funcionen de forma más inteligente”, vaticina. “Los beneficios de la conectividad llegarán a más personas y empresas y, en última instancia, transformará la economía mundial y enriquecerá nuestras vidas”.
Condenados a entenderse
China ya contempla el 5G como uno de los aspectos más destacados de su XIV Plan Quinquenal para el período 2021-2025, lo que brinda a Qualcomm oportunidades significativas. “Estamos entusiasmados con las nuevas posibilidades que se avecinan”, señala Hou, que recuerda que su empresa ha apoyado a las marcas chinas de telefonía móvil en el lanzamiento del primer lote de dispositivos 5G.
Por su parte, Henry Ge, subdirector del comité académico del Instituto Pangoal, un laboratorio de ideas de Beijing, emplaza a las telecos chinas y a sus contrapartes europeas a esforzarse para desarrollar un único estándar, ecosistema y plataforma para el 5G en el mundo. “Ahora que el mundo tiene un modelo unificado de 5G, podría desarrollarse una única infraestructura de telecomunicaciones, lo que permitiría reducir los costes de investigación, desarrollo, itinerancia o conectividad”, afirma. Según su visión, habría que esforzarse para que las empresas de telecomunicaciones de todas las latitudes colaboraran de forma más estrecha y para que la toma de decisiones comerciales normales tuviera menos impactos geopolíticos.