Gracias a su rápida expansión, los servicios de trenes de mercancías entre China y Europa están desempeñando un papel cada vez más relevante en el nuevo patrón de desarrollo del país asiático, llamado de “doble circulación”. Al tiempo que sitúa la producción y el consumo internos como eje de la economía china, este modelo permite que el mercado nacional y el internacional se impulsen mutuamente, lo que a su vez favorece el establecimiento de conexiones ferroviarias entre Asia y el Viejo Continente. Según expertos del sector, el tren está contribuyendo además a estabilizar la logística internacional y las cadenas de suministro entre naciones.
Eficaces y ágiles
De acuerdo con datos de China Railway, desde que se inauguró el servicio en 2011, los trenes de mercancías han realizado más de 40.000 viajes a más de 170 ciudades de 23 países europeos.
El año pasado, estos convoyes de carga cubrieron 12.406 trayectos, un 50% más que en el ejercicio anterior. En los primeros ocho meses de este año hicieron 10.030 viajes y transportaron unos 964.000 contenedores TEU, registrando un aumento anual del 32% y 40%, respectivamente.
“Los trenes de mercancías entre China y Europa suponen una alternativa de confianza para el transporte y la logística dentro del continente euroasiático. Además, tienen la ventaja de ser muy eficientes”, asegura Li Guanpeng, presidente de Sinotrans, una de las mayores empresas de logística de China. Según afirma, estos servicios no solo garantizan y fortalecen las operaciones de suministro y distribución. También hacen llegar material sanitario, productos industriales y artículos cotidianos esenciales a otros mercados. Además, aumentan potencialmente la eficacia del comercio internacional y lo agilizan, al tiempo que estimulan los negocios de China con otros países, subraya.
Con el nuevo patrón chino de “doble circulación” y la expansión del mercado interno del país, Li augura que los trenes de mercancías tendrán cada vez más protagonismo a la hora de importar productos de alta calidad que satisfagan la creciente demanda de una ciudadanía que cada vez quiere vivir mejor.
Conforme la pandemia ha ido alterando las rutas marítimas y aéreas, así como modificando la logística internacional, el ferrocarril se ha ido perfilado como un transporte de confianza para el intercambio de mercancías entre Asia y Europa. Ha jugado un papel mucho más relevante en la reactivación del comercio y de la producción en diversas economías, cuenta Li. En su opinión, los convoyes han contribuido a la lucha internacional contra el coronavirus, así como a estabilizar la industria internacional.
“Gracias a su rápido desarrollo, los trenes de mercancías entre China y Europa llegan cada vez a un mayor número de mercados”, señala Feng Xubin, presidente de YXE. Se trata de una de las empresas más potentes de transporte ferroviario entre ambos territorios y la que opera la línea que conecta la ciudad china de Yiwu con Madrid. “Estos convoyes también facilitan la entrada de productos fabricados por pequeñas y medianas empresas europeas o de economías adyacentes en el enorme mercado chino, lo que demuestra la firme voluntad aperturista del país”, subraya Feng.
Un servicio que crece
Según las Aduanas de Yiwu, durante los primeros cinco meses del año los trenes de mercancías de YXE transportaron importaciones y exportaciones por valor de 16.630 millones de yuanes (2.185 millones de euros) entre China y Europa, un 193% más que en el mismo período del ejercicio anterior. Solo las importaciones supusieron 375 millones de euros, 50 veces más. El servicio ferroviario express entre China y Europa también creció a gran velocidad en calidad y en cantidad, recuerda Feng.
Por su parte, la compañía china de logística y transporte Cosco ha visto aumentar la demanda de sus servicios relacionados con el transporte en tren en esos mismos territorios. En 2019, la empresa entregó 19.451 contenedores TEU, un 37,1% más que en 2018. El año pasado, ese volumen aumentó un 59,7% hasta alcanzar los 31.054 TEU. Para Cosco, este rápido crecimiento se debe a la nueva estrategia de desarrollo basada en la “doble circulación” y a los acuerdos de colaboración promovidos por la Iniciativa de la Franja y la Ruta.