Las marcas chinas intentan abrirse paso en el mercado internacional de los vehículos autónomos y ampliar sus flotas de robotaxis. Además de mejorar su competitividad en automoción inteligente, las empresas buscan, en última instancia, que los coches sin conductor sean cada vez más accesibles, estén más extendidos y tengan más aplicaciones comerciales.
Según vaticinan los expertos, la velocidad a la que se suceden los avances tecnológicos va a crear grandes oportunidades en los sistemas de transporte urbano, ya que ciudades de todo el mundo acabarán adaptando sus normativas para dar cabida a vehículos autónomos en sus calles. De acuerdo con los especialistas, las firmas chinas de vehículos autónomos cuentan con una amplia experiencia, ya que han probado sus modelos en carretera, zonas residenciales o centros urbanos con mucho tráfico.
Puesto que las condiciones del tráfico y las características de los entornos urbanos de los diferentes países son muy complejas, la prioridad absoluta continúa siendo garantizar la seguridad y la estabilidad de los vehículos autónomos diseñados para llevar pasajeros.
Según datos de la consultora MarketsandMarkets, se espera que el mercado de los robotaxis aumente vertiginosamente de escala y pase de los 400 millones de dólares (350 millones de euros) que valía en 2023 a 45.700 millones de dólares (40.000 millones de euros) en 2030, lo que implicaría un crecimiento anual compuesto del 91,8% durante ese período.
De acuerdo con este estudio, existen varios factores que favorecen este aumento de volumen. No solo hay más demanda de servicios de transporte y se invierte mucho en investigación y desarrollo. Además, los Gobiernos quieren reducir las emisiones de carbono, por lo que se están impulsando infraestructuras e incentivos que favorecen la expansión de los vehículos eléctricos.
Más rentabilidad
Robin Li, cofundador y CEO de la compañía tecnológica china Baidu, asegura que 2025 será un año clave para el crecimiento de su flota de taxis autónomos Apollo Go, cuyo tamaño y volumen de viajes piensa multiplicar a un ritmo sin precedentes. Apollo Go ha hecho ya más de 11 millones de viajes con pasajeros, tiene desplegados más de 1.000 vehículos completamente autónomos en todo el mundo y opera en 15 ciudades.
“De cara al futuro, reforzaremos nuestra presencia en los mercados donde ya trabajamos y entraremos en otros nuevos para crecer a escala mundial”, anuncia Li. Según señala, conforme aumenta la escala de sus operaciones, disminuye el coste del hardware y de otras partidas, lo que hace que la empresa sea más rentable y eficiente.
“Las firmas chinas de vehículos autónomos tienen mucha capacidad técnica y han hecho numerosas pruebas dentro del mercado nacional. Aspiran a jugar un papel importante en el panorama internacional”, afirma Zhu Keli, fundador y director del Instituto de Nueva Economía de China.
Según indica, en el extranjero hay una demanda cada vez mayor de vehículos sin conductor, mientras que algunos países, como Emiratos Árabes Unidos y Luxemburgo, brindan a las empresas entornos abiertos, ayudas para desarrollar su tecnología y facilidades para realizar pruebas.
La empresa china Pony.ai ha creado un centro de I+D en Luxemburgo para acelerar la investigación en conducción autónoma. El objetivo es incorporar su tecnología al transporte de próxima generación del país, así como ofrecer soluciones específicas para el mercado europeo.
Por otro lado, la startup WeRide anunció hace poco que va a comenzar a probar sus robotaxis en las calles de Abu Dabi sin conductor de seguridad. Será el primer despliegue de este tipo en Oriente Medio y todo un hito en la ciudad.