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Salvados gracias al ‘matcha’
Recolección del té en el condado de Jiangkou, en la ciudad-prefectura de Tongren, a principios de primavera.

Salvados gracias al ‘matcha’

El cultivo de té verde ha sacado de la pobreza a diversas poblaciones de la provincia de Guizhou. Ahora exportan su producción al mercado internacional
CHEN YUEZHU Y YANG JUN - 29 Jul 2020 8:23

Diversas poblaciones de la provincia de Guizhou, al suroeste de China, se han beneficiado del cultivo de té. No obstante, en los últimos años, ha sido la ciudad-prefectura de Tongren la que ha dado un giro al matcha para diseñar nuevos productos.

La aldea de Luoxiang, por ejemplo, se ha puesto al día colaborando con empresas productoras. Antes de dedicarse al matcha, este pueblo del término municipal de Nuxi, en el condado de Jiangkou, se encontraba sumido en la pobreza debido a sus frecuentes malas cosechas. Casi todas sus tierras eran yermas y la mayoría ni siquiera se cultivaba. 

Yang Maohua, el jefe del Partido en la aldea, fue pionero a la hora de sembrar té allí y apostar por el desarrollo de esa industria. Al igual que muchos de sus paisanos, dejó las montañas cuando era joven para buscarse la vida en la gran ciudad. Al regresar a Luoxiang, se puso a trabajar de conductor, lo que le permitió ser uno de los primeros del pueblo en ganarse la vida dignamente. Aquello le llevó a querer ayudar a otros y, en 2006, fue elegido líder de su localidad.

Un año después, las autoridades del condado decidieron convertir el té en la principal industria de Nuxi. Aunque la mayoría de los paisanos de Yang se mostraron escépticos con el proyecto, él impulsó las plantaciones en el pueblo y animó a sus habitantes a ceder sus tierras al común para darles este uso. Ese mismo año, dedicaron 27 hectáreas al cultivo de distintas variedades.

Una cooperativa reclamada por las empresas

Investigando nuevas formas de mejorar la cosecha y desarrollar el negocio, Yang creó la cooperativa de té de Luoxiang y una planta procesadora, la compañía Luoxiang Tea, que facturó 300.000 yuanes (36.840 euros) en ese ejercicio. El pueblo se convirtió en uno de los primeros en colaborar con grandes compañías para vender sus productos en el exterior.

En 2015, la sociedad de responsabilidad limitada Gui Tea, uno de los mayores fabricantes de té de la provincia de Guizhou, se planteó incluir el matcha en su catálogo de productos. Dos años más tarde, tras comprar instalaciones y probar con éxito su método, la compañía creó un parque industrial en el condado de Jiangkou y estableció allí su marca Tongren Gui Tea.

El té ha sembrado esperanza en las áridas montañas de la provincia de Guizhou, antes infértiles. CEDIDA A CHINA DAILY

Al año siguiente, la aldea de Luoxiang ya estaba trabajando con la empresa. Construyó una planta procesadora especial para matcha y firmó un contrato de larga duración con la compañía, que incluía asesoramiento técnico, de ventas y de actualización de la marca.

“Con la ayuda de Gui Tea, nuestra plantación ha aumentado hasta alcanzar las 1.066 hectáreas”, afirma Que Conghan, jefe adjunto de la aldea y gerente de Luoxiang Tea. Recuerda que cada hectárea –hay 0,2 por habitante– puede generar ingresos por valor de 90.000 yuanes (11.000 euros) y que el pueblo cuenta en la actualidad con cuatro plantas procesadoras y más de 260 máquinas para llevar a cabo esta labor.

Para Que, una de las principales ventajas del matcha respecto al té tradicional es que su materia prima tiene menos limitaciones. “Este último suele utilizar solo hojas recolectadas en primavera, mientras que el primero permite usar también las de verano y otoño, lo que genera beneficios todo el año”, explica.

Generador de riqueza

Gracias a su colaboración con Gui Tea, el pueblo ya no tiene problemas para vender el té y sus habitantes tienen trabajo. Hay tantas oportunidades de empleo que la compañía debe incluso acudir a otras localidades para cubrir sus vacantes. Según recuerda Que, los salarios han aumentado un 10% y cada año se invierten alrededor de 2,3 millones de yuanes en nóminas (casi 280.200 euros).

Yang también opina que la presencia de la compañía en la zona ha elevado el nivel de vida. “Más de 300 familias han reformado sus casas, muchas han comprado inmuebles en el centro y el 8% de los hogares tiene ahora coche”, afirma.

Otras localidades de Nuxi están siguiendo el ejemplo de Luoxiang. El término municipal, cuyos campos de té ocupan unas 2.000 hectáreas, alberga en la actualidad más de diez plantas de procesamiento de estos cultivos, entre las que figuran seis especializadas en matcha y 18 cadenas de producción.

Tongren Gui Tea cuenta además con varias certificaciones internacionales que le permiten acceder a los mercados extranjeros, entre ellas ISO 9001, ISO 22000, AIB y Rainforest Standard. Estados Unidos, Alemania, Francia y Brasil figuran entre los países a los que se destinan las exportaciones de matcha, que el año pasado supusieron un 10% de las ventas totales.

Por otro lado, la empresa ha creado un instituto de investigación dedicado al matcha en Guiyang, la capital de Guizhou. Desde allí trabaja en el desarrollo de nuevos productos con este sabor, como pasteles, helados o galletas, pero también en la promoción de la cultura que gira alrededor de este té verde. Los visitantes pueden incluso prepararse sus propios matcha lattes.