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Una tercera edad  de primera categoría
Yuan Decai, de 101 años, se divierte con su esposo en un centro de atención para ancianos de la provincia de Shaanxi, al norte del país.

Una tercera edad de primera categoría

El envejecimiento del país –en 2020 los mayores de 65 años representarán el 14% de la población– abre la puerta a empresas extranjeras para que inviertan en residencias de ancianos
ZHENG YIRAN - 16 Abr 2019 8:09

China se convertirá pronto en una sociedad envejecida, advierten los demógrafos. Los más pesimistas piensan que lastrará el crecimiento económico. Hay quien ve esta amenaza, sin embargo, como una gran oportunidad. Un informe de la Academia de Ciencias Sociales de China afirma que el cuidado de personas mayores constituye una industria en alza. Se estima que en 2030 alcanzará un valor de 13 billones de yuanes (1,7 billones de euros), cuando este año ascendió a 770 millones de euros.

A finales de 2017 había 241 millones de chinos con 60 años o más, lo que supone un 17% de la población. Unos 158 millones tienen 65 años o más (11%). Son datos del Buró Nacional de Estadísticas. La población anciana aumenta en 10 millones al año. En 2020 las personas de 65 años o más representarán el 14% de la población.

Según la Organización Mundial de la Salud, en 2050 el 35% de los chinos tendrá 60 años o más, lo que convertirá a China en el país con mayor número de viejos. En cualquier otro Estado, estas cifras dispararían las alarmas –véase el impacto negativo que ha tenido en la economía japonesa–. Pero en China se aborda la problemática con optimismo.

Cuanto más rico, más viejo

El envejecimiento de la población es un común denominador en todos los países desarrollados. Una gran cantidad de estos mayores se ha beneficiado de la buena marcha del país. Muchos se jubilan sin apuros económicos e incluso con una buena cartera de ahorros, lo que genera un mercado específico en torno a este segmento de la población. La atención de personas de la tercera edad se ha convertido en un sector muy importante.

Las nuevas políticas estatales que permiten la inversión extranjera favorecen la entrada de empresas dedicadas al cuidado de los ancianos. En un geriátrico de Weihai, provincia de Shandong, viven Sun Ying y su marido Zhang Wei. Tienen 85 y 86 años, respectivamente. Apuran la recta final de su vida en paz, a pesar de la enfermedad cerebral que le detectaron a él hace tres años. Una empresa privada gestiona la residencia en la que conviven con personas de su edad.

Sun y Zhang eligieron vivir voluntariamente en el asilo Casa Dongfa. No querían ser una carga para sus hijos, que tienen vidas muy ajetreadas. Sun habla maravillas de su hogar: “Nos toman la tensión una vez a la semana, recibimos atención médica cuando es necesario. A mi marido le encanta jugar a las cartas con el resto de residentes. Yo prefiero leer”. Y añade: “Hay voluntarios que vienen a pasar un tiempo con nosotros. El personal es muy paciente. Nuestras vidas han mejorado una barbaridad”.
No solo los residentes viven a gusto, también los trabajadores del centro: enfermeros, cuidadores, médicos, fisioterapeutas, asistentes y los que se encargan del mantenimiento de las instalaciones. Abrir una residencia de mayores implica una gran inversión. Los expertos convienen en que si se realiza a gran escala en un país tan grande como China resulta rentable tanto para las empresas como para la población.

Residencia con vistas

El asilo en el que viven Sun y Zhang cuesta 278 euros por persona al mes. La pareja vive en un apartamento de calidad media de 30 metros cuadrados. Uno con más lujos cuesta 40 euros más por cliente. La cuota incluye la manutención. A los solicitantes de plaza se les realiza un chequeo para asegurar que no tienen enfermedades infecciosas.

El número de demandantes supera a la oferta de plazas. El Gobierno ha modificado la regulación para permitir que el sector privado participe en este campo. En 29 provincias y regiones autónomas funciona el mercado libre y 26 de ellos reciben inversiones extranjeras.

En enero del año pasado la empresa privada china Taikang se asoció con Orpea, una compañía francesa especializada en el cuidado de ancianos, para construir residencias en la parte continental del país.

Orpea aporta sus procedimientos y proporciona técnicas avanzadas de cuidado. Taikang se encarga de la captación de clientes, comercializa seguros y atención médica. Ambas corporaciones pretenden construir una marca de calidad en la industria. “Nuestra colaboración con Taikang insuflará aire fresco en el sector”, afirma Gao Tianli, presidente de la unidad china de Orpea.

Autoridades estatales han organizado seminarios para reforzar la atención a los mayores. Los procedimientos administrativos se han simplificado para facilitar la inversión privada, mientras las instituciones de turno se modernizaban para agilizar los trámites.

Cuidado urbano y rural

El Gobierno incrementará las ayudas financieras para proyectos de cuidado de ancianos, lo que atraerá más inversión. Mejorará los canales de financiación y la coordinación de los recursos para lograr una distribución equilibrada entre el campo y la ciudad. Según los expertos, estas medidas aumentarán la oferta y la calidad de los servicios.

Un informe de la firma de investigación de mercado ASKCI Consulting confirma que el número de centros estatales supera a los privados. La brecha entre la oferta y la demanda se ha ampliado, especialmente en lo que se refiere a camas disponibles. En 2016, había 28.500 residencias en China que ofrecían 7,8 millones de plazas. Por cada 1.000 mayores, había 34 camas disponibles, muy lejos de las cifras de los países desarrollados. A falta de reunir los datos del año pasado, se espera que la cantidad de geriátricos haya alcanzado los 30.000. El potencial de crecimiento es enorme, aseguran los expertos.

Song Nan contribuyó a elaborar esta información.