Cada vez que Wei Fan pasa fuera de casa más de una hora, corre a su habitación para aplicarse sus cremas naturales. Este programador informático de 26 años residente en Beijing usa mascarilla hasta para bajar la basura y suele invertir unos 40 minutos en su rutina de cuidado facial. Es un “compromiso” que se ha hecho a sí mismo. No soporta verse desaliñado.
En un momento en el que las mujeres están conquistando espacios antes exclusivamente masculinos, como el boxeo o los videojuegos, los hombres también comienzan a adentrarse en terrenos que hasta hace poco se consideraban femeninos, como la belleza y la medicina estética.
La conciencia sobre la importancia de cuidarse crece. Se espera que el consumo masculino de productos cosméticos en la parte continental de China aumente este año un 13,5% respecto al ejercio anterior y alcance los 246 millones de euros, según un informe de la empresa de investigación de mercados globales Euromonitor.
No solo para chicas
Huang Yingying, subdirectora del Instituto de Sexualidad y Género de la Universidad Renmin de China en Beijing, recuerda que los roles de género tradicionales siguen teniendo mucho peso. “El típico concepto que existe sobre la masculinidad, el poder del lenguaje y la escasez de modelos alternativos a seguir hace que los hombres se alejen de la cosmética en un momento en el que la demanda de productos de belleza es elevada”, señala.
Según explica, el sexismo crea estándares arbitrarios de belleza y género que frenan a los compradores masculinos. “Los desalienta de participar en una actividad que puede ser divertida, empoderadora y una fuente de expresión personal”, añade.
No obstante, el auge del feminismo en China en los últimos años está provocando que los antiguos estereotipos maculinos, que exigen fuerza y dureza, vayan diluyéndose poco a poco. Los hombres están rompiendo clichés para lanzarse a los cosméticos y, al mismo tiempo, la actitud de los demás hacia ellos se ha vuelto más tolerante.
Esta apertura de mentalidad ha sido en parte propiciada por el aumento de videobloggers de belleza masculinos en las redes sociales. Dong Zichu, de 23 años, es uno de estos influencers que se han adentrado en el terreno altamente feminizado de la cosmética, dominado por mujeres. En 2016 inauguró su canal en la plataforma de vídeos Bilibili y hoy cuenta con 1,35 millones de seguidores, con los que comparte consejos de belleza, recomendaciones de productos y tutoriales fáciles de comprender. Su primer vídeo, en el que gesticulaba dramáticamente para ilustrar qué expresiones eran las peores para el cuidado de la piel, recibió casi 500.000 visitas.
Los ‘geeks’ también se pintan
La tendencia parece estar rompiendo moldes en sectores inesperados. “Llevar las uñas descuidadas, demasiados productos en el pelo o las cejas despeinadas son algunos de los peores crímenes que puede cometer un hombre”, afirma Wei, el programador de Beijing.
En la compañía de Internet de la capital donde trabaja, es una rara avis. Los informáticos siempre han tenido fama de ser unos geeks que no se preocupan por su aspecto, pero se trata de un estereotipo en el que él no encaja. “Me encanta la cosmética y cómo me hace sentir. Adquiero poder y masculinidad cuando luzco unas cejas impecables”, asegura.
Wei se maquilló por primera vez con 19 años para actuar en obras de teatro de la universidad cuando era un estudiante de Primero. Entonces se lo tomaba como un pasatiempo, pero la experiencia le permitió experimentar y descubrir “la magia”.
A partir de ahí incorporó a su rutina diaria las cremas de belleza, las bases o los pintalabios, que utiliza para acentuar sus rasgos. “Creo que el tabú sobre el maquillaje está desapareciendo. Para mí, ser un hombre consiste en sentirte seguro de ti mismo y en mostrarte tal como eres”, señala. Ahora, muchos de sus colegas de oficina le piden consejo sobre cosmética.