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El nuevo diseño habla mandarín
Detalle del taburete Hangzhou, donde pueden verse con claridad sus dieciséis capas de bambú.

El nuevo diseño habla mandarín

Chen Min ha conquistado la fama internacional utilizando en sus obras materiales de la tradición china. Tanto su colaboración con Loewe Weaves como su celebrado taburete Hangzhou están hechos con bambú
YANG FEIYUE - 01 Dic 2021 11:36

El diseñador chino Chen Min ha sido uno de los artistas internacionales seleccionados este año por la marca de lujo española Loewe para reinterpretar un asador de castañas gallego. Dentro del proyecto Loewe Weaves, el director creativo de la firma, Jonathan Anderson, invitó a tres autores a decorar este recipiente de barro, característico por tener la superficie salpicada de agujeros, utilizando elementos procedentes de sus respectivas tradiciones locales. Chen, cuyo trabajo trata de tender puentes entre Oriente y Occidente, aceptó el desafío de inmediato.  

Elaboró flores trenzando bambú y las colocó en los orificios del asador, de forma que este elemento tan típico y reconocible de la cultura china contrastaba con la textura de la cerámica. “Me inspiré en la experiencia de ver crecer el bambú”, explica Chen, de 41 años. “La energía que tienen sus brotes al florecer me recuerda a la erupción de un volcán, así que he intentado reproducir esta sensación dinámica en la obra”. 

Chen creció en el seno de una familia de artistas de Hangzhou, provincia de Zhejiang. Su abuelo, que hacía grabados sobre madera, cobre, piedra y otros soportes, le enseñó a combinar la técnica occidental con la pintura china. Tiene además dos tíos, uno arquitecto y otro diseñador industrial, que le influyeron a la hora de emprender su aventura artística. Desde pequeño aprendió caligrafía y desarrolló un gran interés por el mundo de la creación y los oficios tradicionales. 

Vanguardia con historia

Después de estudiar diseño en Europa durante 10 años, Chen regresó a China en 2012. Abrió su propio estudio en Hangzhou y se centró en el diseño industrial avanzado. Al año siguiente, diseñó su taburete Hangzhou, un mueble sencillo y compacto elaborado con bambú que atrajo la atención de todo el mundo hacia las modernas técnicas de diseño de China. La calidad y la flexibilidad del material hacen que el asiento resulte cómodo, al tiempo que consiguen transmitir los aires de libertad y tranquilidad que se respiran en la ciudad a la que hace referencia. 

Para elaborarlo, Chen se inspiró en una fábrica del distrito de Lin’an, donde descubrió que casi todos los utensilios que utilizaban los trabajadores locales estaban hechos de bambú, incluidos los maletines y las tarjetas de visita. “La cultura del bambú es tan poderosa que recorre toda nuestra vida”, dice Chen. “Seguramente, podríamos encontrar un par de palillos de este material en cualquier cocina del país”. 

El taburete Hangzhou está formado por 16 capas de bambú de 0,9 milímetros de espesor y longitud variable. Todas ellas se ondulan formando un arco y quedan pegadas en los extremos a lo largo de 25 centímetros. En la parte inferior, una caña de esta planta al natural une las dos bases del asiento, cuya forma orgánica recuerda a la de ondas en el agua.

“Cuanto más peso recibe el taburete, más  se hunde el arco central. Esto hace que la persona que está sentada perciba su elasticidad”, relata Chen. Esta obra le llevó a convertirse en el único finalista de su país en los Premios Internacionales de Artesanía de Loewe de 2018. También a generar una nueva ola de artesanía china en Londres, donde se expusieron las piezas y se celebró el concurso. 

Un tributo al lenguaje

Chen, que considera el diseño como un lenguaje con historia y calado, intenta incorporar a su obra su pasión por los idiomas. “Tanto esta disciplina como las lenguas están abiertas y evolucionan a lo largo del tiempo. Son capaces de expresar la vida y de convertirse en su misma esencia”, afirma. Entre sus objetivos, trasladar las formas de su idioma a las piezas que crea.

“Pese a que los caracteres chinos tienen una historia y un significado profundos, para muchos occidentales solo son trazos”, cuenta Chen, que ha diseñado una línea de muebles muy funcionales inspirados en la caligrafía de su país. “Quiero utilizar las tres dimensiones para divulgar todo lo que hay detrás de estos símbolos”.