Las autoridades están considerando cambiar el programa de estudios en las universidades de mayores, centros educativos dirigidos a personas de la tercera edad, para incluir cursos más prácticos. En una sociedad cada vez más envejecida, buscan enseñar a los jubilados habilidades del mundo actual. La idea ha sido bien recibida por los pensionistas que quieren reincorporarse al mercado laboral, pero la falta de legislación impide de momento cambios en las escuelas.
Las universidades para mayores de China atienden a estudiantes de 60 años para arriba. Por lo general ofrecen cursos sobre artes y cultura tradicionales, como la caligrafía, la pintura y el ajedrez chino. Se trata de enseñar pasatiempos a los jubilados para combatir la soledad o problemas psicológicos.
El Gobierno estudia la posibilidad de agregar más clases de conocimientos y habilidades intensivas a sus planes de estudio para mejorar las oportunidades de empleo de este grupo de población, afirma Diao Haifeng, jefe de publicidad de la Oficina de la Comisión Nacional de Trabajo sobre el Envejecimiento.
La comisión quiere crear cursos para aprovechar el potencial de los estudiantes con vistas a combatir la reducción del capital humano, explica Diao, que es también vicepresidente de la Asociación China de Universidades para los Ancianos. "Los cursos incluyen tejido, cocina e incluso consulta psicológica". La contribución que los estudiantes hacen a la sociedad se incorporará al plan de estudios de la universidad, una medida que podría ponerse en marcha en 176 centros educativos modelo para personas de la tercera edad el próximo año.
Uno de cada diez son mayores
China tenía 149 millones de personas mayores de 65 años en 2016, según la Oficina Nacional de Estadísticas. El índice de dependencia de los ancianos (personas que necesitan asistencia de adultos en edad de trabajar) es de un 15%. Según el Ministerio de Recursos Humanos y Seguridad Social la cifra de mayores de 60 años podría llegar a 500 millones en 2050. El índice de dependencia de los adultos mayores estaría entre el 10% y el 13%.
En China, la edad de jubilación para los hombres es de 60 años y para las mujeres, de 55. No existen leyes ni reglamentos que protejan los derechos de los mayores para ser empleados de nuevo. Esto significa que pueden ser rechazados para un trabajo debido a la edad o tratados de manera desigual en términos salariales.
Lin Jianguo, de 64 años, que era capitán de un buque de carga en Nantong Port Group y se jubiló en 2014, afirma que los cambios propuestos serían bienvenidos. Muchos trabajadores calificados se retiran en la cima de su carrera. A algunos les gustaría estar al día en conocimientos para reincorporarse al mercado laboral.
Lin, que estudia canto en la Universidad de Ancianos de Nantong en la provincia de Jiangsu, sugiere que los centros docentes deberían ofrecer más cursos adaptados a las necesidades de los mayores, en campos como las finanzas o el derecho. "Muchas personas mayores tienen ahorros, pero no saben cómo manejar bien su dinero".
Lin expresa su preocupación por las personas mayores que desean un trabajo pero que pueden ser reemplazadas fácilmente por los jóvenes, dado que no hay leyes para prevenir la discriminación.
Ji Ying, de 61 años, estudia canto en una universidad para mayores en Hefei, provincia de Anhui. Ji afirma que los cambios en el programa de estudios son necesarios porque los cursos enfocados en los ancianos son escasos. “Los abuelos en China tienen una tarea importante para la vida que viene tras la jubilación, que es cuidar de sus nietos. Pero la mayoría de los mayores consienten demasiado a los niños por falta de conocimiento”.