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Noche cerrada bajo el mar
Zhang Fan, durante una inmersión en Brunei en 2019.

Noche cerrada bajo el mar

Zhang Fan, experto en fotografía submarina a gran profundidad, ha retratado criaturas que casi nadie conoce. Le gustaría que su obra creara conciencia para proteger los océanos
WANG QIAN - 02 Ene 2021 17:03

Cuando cae la noche, todo un mundo se agita bajo el océano. Muchos organismos que habitan en el mar suben a la superficie en busca de alimento o seguridad frente a sus depredadores, para luego regresar a los abismos justo antes de que amanezca. 

Zhang Fan, fotógrafo subacuático, conoce bien este patrón de desplazamiento, al que llaman migración vertical diaria. Lleva 10 años retratando los misterios de la vida marina en aguas oscuras y ha logrado inmortalizar fauna que casi nunca se ve. “Es una experiencia asombrosa. Cuando bajo a las profundidades siento que floto en un espacio infinito, rodeado de criaturas que brillan como estrellas”, cuenta.

Quienes se dedican a este tipo de fotografía suelen colgar cebos de luz atados a una cuerda para atraer a los moradores del mar. “Es un mundo lleno de sorpresas. Nunca sabes lo que va a aparecer”, relata Zhang, que se ha sumergido en más de 30 países y regiones del mundo. 

Por su cámara han desfilado desde pulpos manta a ejemplares de ballena azul, el mamífero más grande que se conoce. Cuando comenzó a tomar instantáneas en aguas profundas, en 2010, se convirtió en uno de los pioneros de esta disciplina en China. Hoy tiene más de 430.000 seguidores en la red social Sina Weibo y sueña con poder publicar algún día su trabajo en un libro. 

Una vocación temprana

“Me gustaría que mis fotos sirvieran para concienciar sobre la importancia de conservar y proteger los océanos”, afirma Zhang, que ha visto de primera mano los efectos del cambio climático. 

Pasó su infancia en Haikou, provincia de Hainan, y desde pequeño se sintió fascinado por el mar. Con 6 años ya dibujaba buzos fotógrafos rodeados de criaturas marinas, algo que con la edad viviría en primera persona. No obstante, Zhang no siempre se dedicó a esto. Graduado en la Academia Central de Bellas Artes de China y especializado en ilustración, antes de ganarse la vida como fotógrafo fue diseñador de videojuegos y artista 3D. 

Empezó con una cámara Olympus Stylus de segunda mano que le costó menos de 130 euros. Luego acabó invirtiendo casi diez veces más en una Canon G12 y una luz estroboscópica Inon. Con ellas se inició en las profundidades. 

“Me he encontrado con muchas situaciones de peligro bajo el agua”, asegura Zhang, que ha conseguido sobrevivir al embate de un cachalote, a una erupción volcánica o a explosiones de dinamita lanzada por pescadores. Aun así, hay algo que tiene muy claro: “Los animales marinos son mucho más tolerantes con los humanos que lo que nosotros somos con ellos”.