CERRAR

Este website está editado por el diario China Daily de la República Popular China, que asume toda la responsabilidad sobre sus contenidos

Por amor a la música
Un total de 123 artistas callejeros entre los que se incluyen Yu Hanyi y su esposa Liu Liyuan tocan de manera legal en Shanghai.

Por amor a la música

A pesar del clima adverso que caracteriza a Shanghai, cada vez más artistas solicitan una de las licencias que emite el Gobierno local para desarrollar su arte y pasión en la calle
HE QI / LIN SHUJUAN - 28 Dic 2018 18:05

Yu Hanyi y su esposa Liu Liyuan llevan unas semanas preocupados por el tiempo en Shanghai. La fuerte lluvia que ha traído un tifón ha obligado a la pareja a suprimir sus actuaciones en una esquina del parque Jing’an, en el centro de la ciudad. Yu, de 26 años, a la guitarra y Liu, de 29, a la batería forman parte de los 123 artistas callejeros con licencia en Shanghai. Seles permite tocar a ciertas horas en lugares asignados.

Ninguno de los dos es profesional, pero se toman muy en serio esto de tocar en la calle. Yu quiere vivir de la música. Licenciado en Agricultura, consiguió un trabajo relacionado con sus estudios en su ciudad natal. Pero lo dejó al poco tiempo. Su verdadera vocación es la música.

Yu y Liu, que solo actúan el fin de semana, interpretan versiones de canciones populares y sus temas propios. Liu trabaja como asesora inmobiliaria y la afición por los espectáculos callejeros le viene de sus años de universidad en Nueva York.

La pareja se conoció en Hangzhou, provincia de Zhejiang,cuando tocaron en la tienda de un amigo. Obtienen 5.000 yuanes (650 €) al mes por actuar en la calle. Consiguen ingresos extra cuando les contratan o por los derechos de sus canciones.“Envidiamos los salarios de nuestros amigos, pero ellos están celosos porque vivimos delo que nos gusta”, dice Liu. “Note conviertes en artista callejero para ganar dinero, sino porque es lo que te llena”.

Shanghai es conocida por sus bajas temperaturas en invierno y por la humedad y el calor extremo en verano. Liu cuenta que para mantener las manos calientes a veces se refugia en una tienda cercana. En verano sucede lo contrario: tocan empapados en sudor. Una de los peores momentos es cuando llega la temporada de lluvias, que supone un riesgo para los equipos de sonido.

La mayoría de ciudades de China prohíben que la gente actúe en lugares públicos. Hace cuatro años Shanghai se convirtió en la primera ciudad de la parte continental de China en regular las actuaciones callejeras. Empezó con ocho licencias. Shenzhen, provincia de Guangdong, hizo lo mismo en 2015. Este año, Chengdu, provincia de Sichuan, se ha sumado.

Wei Zhi, director de la asociación de Shanghai que regula estas actuaciones, afirma que consultó a asociaciones de arte urbano en otros países. Tardaron varios meses en evaluar a los candidatos para formar el primer grupode artistas con licencia. El criterio se basó en el talento y la profesionalidad. Aquellos que pasaron esta ronda tuvieron que someterse a una segunda audición. “Conseguir una licencia no es la parte más difícil de nuestra carrera”, dice Yu. “Ser aceptado y comprendido es mucho más duro”.

Las representaciones callejeras no son novedad en China. El país tiene una larga tradición: antiguos trabajos literarios que describen cómo las personas se ganaban la vida con acrobacias en lugares públicos.Los mendigos tocaban el erhu (un instrumento alargado tradicional con dos cuerdas) o la flauta. Muchos chinos asocian la calle con la mendicidad. La pareja cuenta que, una vez, un hombre les preguntó por qué dos jóvenes formados recurrieran a “vender arte en la calle como mendigos”. Incluso los transeúntes les han llegado a dejar bollos de pan en la gorra.

Luo Huaizhen, un dramaturgo que luchó 10 años para legalizar estas actuaciones en Shanghai, opina que los artistas “colorean la ciudad y aportan humanidad y vitalidad. Precisamente de lo que nuestras ciudades carecen”. Lu ejerció como asesor político del Gobierno municipal de Shanghai en la primera propuesta de legalizar las actuaciones en 2004. “Con la introducción de certificados para artistas callejeros, la ciudad atrae talento. Hasta el punto de convertir estas representaciones en una profesión respetable”, añade.

Cuatro años después de que la licencia entrara en vigor, dos tercios de los artistas que tocan al aire libre en Shanghai tienen entre 25 y 35 años. Todos cuentan con educación superior y experiencia profesional. Existen 17 zonas designadas en las que actúan estos músicos. “Se han convertido en un paisaje de la ciudad”, presume Wei. “Vamos a habilitar lugares más adecuados para que muestren su talento tanto a los lugareños como a los turistas”.

Cai Xiaoyuan, becario en una empresa de informática, comenzó a actuar en la calle en 2012. Después de cinco años en los que tenía que escabullirse de los guardias urbanos en Shanghai, finalmente se ha juntado con otros artistas para formar una banda llamada Wuxian, que significa “infinito”. Elaño pasado se convirtieron en el primer grupo en conseguir una licencia. “Estaba ansioso por obtener el permiso”, cuenta. “Ahora no solo nos representamos a nosotros mismos, sino también a la ciudad”.La popularidad de la banda ha crecido mucho porque sus conciertos se retransmiten online.

Tras probar en un estudio de grabación, Cai se dio cuenta deque prefería actuar en público.Tocar en la calle se ha convertido en un estilo de vida. Encuentra inspiración y hace amigos. “No hay mejor escenario que las calles en las que me siento libre e inspirado”, afirma. Yu piensa de la misma manera. “El público que se acerca es crítico”, cuenta Yu. “Si tocas una nota equivocada se van.Pero si una canción está bien escrita, te dan su apoyo y calor”