El lino chino o xiabu significa literalmente “tejido para el verano”. Se trata de una tela tradicional elaborada a mano con una planta herbácea que también se conoce con el nombre de ramio. Aclamada como “la reina de las fibras naturales”, resulta cómoda, duradera y fácil de lavar. Es delicada, pero no tan frágil como la seda.
En lo que hoy es el distrito de Rongchang, que pertenece a la municipalidad de Chongqing, se utiliza desde tiempos de la dinastía Han (206 a. C.-220 d. C.). A los nobles Tang (618-907) ya les gustaba llevar durante el verano este tipo de lino, que a principios del siglo XX se convirtió en uno de los productos más exportados de la región. Cada año se elaboraban allí más de 700.000 rollos de tela.
Artesanos con nuevas ideas
Desde 2008, el xiabu de Rongchang forma parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de China, toda una “responsabilidad” para quienes se dedican a mantenerlo vivo en el presente. Ma Linqin, de 37 años, es una de las artesanas que protegen y reivindican hoy este tejido. Pertenece a la tercera generación de una familia que se dedica a la industria del lino chino y le interesa desde que era pequeña. Tras graduarse en la universidad, en 2010 regresó a casa para trabajar en el negocio familiar: Textiles de Lino Chongqing Rongchang Denan, una de las principales empresas del sector en la zona.
Ma lleva más de una década experimentando con este material para ampliar sus aplicaciones. Ha sido pionera en la elaboración de diseños que lo combinan con papel de arroz, cuero, bordados o abanicos plegables. También ha solicitado patentes y cree que parte del futuro del xiabu está en la decoración textil del hogar. “Se trata de un tejido muy versátil”, afirma. “Quienes lo compran son cada vez más jóvenes”.