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Abanderados de la cruzada verde
Bandadas de garzas revolotean junto a un tractor en los campos de arroz del condado de Wuyi, provincia de Zhejiang.

Abanderados de la cruzada verde

Cincuenta años después de participar en la Conferencia de Estocolmo de la ONU, China lidera la lucha internacional para proteger el medio ambiente
HOU LIQIANG - 27 Jun 2022 8:31

Qu Geping fue el primer director de la Administración Nacional para la Protección del Medio Ambiente de China. A sus 92 años, recuerda ahora cómo transcurrió la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano de 1972, también conocida como Conferencia de Estocolmo por haberse celebrado en la capital sueca. La cita, que tuvo lugar entre el 5 y el 16 de junio de aquel año, fue la primera reunión internacional que concibió la protección de la naturaleza como un tema importante.

“Antes de la década de 1970, no había mucha gente en China que estuviera familiarizada con los conceptos medioambientales modernos”, rememora Qu, que participó en un debate político online de alto nivel para conmemorar el 50 aniversario de la Conferencia de Estocolmo.

En los últimos 50 años, el país ha hecho grandes avances en este campo. “China ha pasado de ser un espectador pasivo a un participante activo en la protección del medio ambiente”, asegura Qu, para quien la nación es ahora “un agente fundamental”. 

Según indica, la de Estocolmo fue una de las reuniones internacionales más relevantes en las que participó China inmediatamente después de regresar a Naciones Unidas en 1971. “Nos brindó la oportunidad de salir del país para ver el mundo y nos hizo empezar a tomar conciencia de los problemas medioambientales que había. Para los chinos, fue el inicio de un gran viaje al despertar ecológico”. 

Después de la Conferencia de Estocolmo, el Gobierno chino celebró en 1973 su primera reunión nacional dedicada a proteger el medio ambiente, que lideró el entonces primer ministro Zhou Enlai. Para Qu, aquello marcó el comienzo de un proyecto que se ha prolongado hasta la actualidad.

Objetivo: la sostenibilidad

“Tras casi medio siglo de esfuerzo, el país ha conseguido grandes logros en el control de la contaminación y en la conservación de los ecosistemas naturales”, asegura Qu.

En 1949, cuando se fundó la República Popular China, el área forestal cubría el 8% del país. De acuerdo con datos oficiales, el año pasado ese porcentaje se situaba ya en el 23%. Según revelaron los satélites de la NASA, entre 2000 y 2017 China representó el 25% del aumento neto de superficie foliar del mundo.

El rápido proceso de industrialización y urbanización, que arrancó  a finales de la década de los setenta tras la política de reforma y apertura, ha planeado grandes desafíos medioambientales. No obstante, Qu asegura que el país ha dado pasos firmes para establecer y mejorar los programas legales, políticos y administrativos que protegen los entornos naturales.

 Gracias a ello, Qu señala que “se han sentado las bases para que el país continúe avanzando en desarrollo sostenible, apueste por un crecimiento verde, circular y bajo en emisiones de carbono, y promueva la construcción de una civilización ecológica”.

Este último concepto ha sido impulsado por el presidente chino, Xi Jinping, para alcanzar un desarrollo equilibrado y sostenible que permita que seres humanos y naturaleza convivan en armonía. Desde que las autoridades del Gobierno central establecieron la civilización ecológica como gran prioridad de la agenda, el medio ambiente ha experimentado importantes cambios.

Martin Lees, exsecretario general adjunto de Naciones Unidas, aplaude los rápidos avances del país en su lucha contra el cambio climático. “Cuando China se dio cuenta de su vulnerabilidad y vio la amenaza climática como un problema propio, se movió bastante rápido y de forma muy inteligente para abordarlo”, señala. 

Wang Jinnan, director de la Academia para la Planificación Ambiental de China, afirma que el desarrollo del país ha sido cada vez más ecológico y bajo en emisiones de carbono. Según subraya, entre 2013 y el año pasado, el PIB de China aumentó un 94%, al mismo tiempo que la cantidad de automóviles del país crecía un 150%.  Wang, también miembro de la Academia de Ingeniería de China, indica que, durante ese mismo periodo, el consumo de energía y las emisiones de carbono por unidad de PIB cayeron un 16% y un 22%, respectivamente.

En 2020, Xi anunció que China se había marcado el objetivo de alcanzar su pico de emisiones de carbono antes de 2030 y lograr la neutralidad de CO2 para 2060. El año pasado, comunicó que el país dejaría de construir centrales eléctricas de carbón en el extranjero. 

Alinear esfuerzos

A pesar de ser una nación en desarrollo, China se está esforzando para ayudar a los países pobres a tomar medidas, asegura Xie Zhenhua, enviado especial del país asiático para asuntos relacionados con el cambio climático. China ha firmado 41 acuerdos de colaboración en esta materia con 36 países en desarrollo. Además, ha formado a cerca de 2.000 funcionarios y técnicos de 120 naciones en temas vinculados al clima en el mundo. 

“Independientemente de lo que suceda en el ámbito internacional y de los desafíos a los que se enfrenten el resto de las naciones del mundo, China seguirá luchando contra el cambio climático”, afirma Xie. “Cinco décadas después de la Conferencia de Estocolmo, el país continuará siendo un agente decisivo y abanderando el esfuerzo global por construir una civilización ecológica”