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Aves y peces regresan al lago Ulansuhai Nur tras una limpieza integral
Bandadas de aves migratorias sobrevuelan el lago Ulansuhai Nur, situado en la ciudad-prefectura de Bayannur, Región Autónoma de Mongolia Interior.

Aves y peces regresan al lago Ulansuhai Nur tras una limpieza integral

El paraje, que se encuentra en la Región Autónoma de Mongolia Interior, es un punto clave para algunas de las principales rutas migratorias del planeta
YUAN HUI Y HOU LIQIANG - 29 Oct 2023 11:57

Huyendo de la hambruna que azotaba su ciudad natal, el padre de Liu Wenbin tuvo que mudarse en la década de 1950 a más de 800 kilómetros de distancia de su hogar. Se asentó cerca del lago Ulansuhai Nur, en la Región Autónoma de Mongolia Interior, donde recaló atraído por su reputación de tierra rica en pescado y arroz.

Durante años, la industria pesquera dio de comer a su familia. “Cuando era niño, siempre volvíamos con el barco lleno de peces. Nos seguían grandes bandadas de aves”, recuerda Liu, que tiene ahora 53 años. 

Sin embargo, las cosas cambiaron cuando llegó la industria y los alrededores del lago comenzaron a urbanizarse. El agua acabó convertida en un líquido negro y apestoso al que los lugareños ni siquiera se acercaban. 

En la actualidad, y en tan solo unos años, el Gobierno local ha conseguido que el lago vuelva a ser un refugio para aves. Ha hecho que Liu tenga de nuevo esperanzas de asistir a la recuperación del Ulansuhai Nur de su infancia. “Las montañas, los ríos, los bosques, las tierras de cultivo, los lagos, las praderas y los desiertos configuran una comunidad de vida”, recoge la filosofía que ha guiado las labores de limpieza. 

Ulansuhai Nur, que se encuentra en Bayannur, al oeste de la región, es un punto clave para algunas de las ocho principales rutas migratorias de aves del mundo. Se trata de uno de los pocos lugares de paso y cría situados en una zona desértica o semidesértica del planeta. 

Liu, que ahora trabaja como funcionario en la Administración de Ulansuhai Nur, recuerda que cuando era pequeño el lago era una fuente de felicidad para él y sus amigos. “Al salir de la escuela, rara vez me quedaba en casa. Solía ir a nadar e incluso bebía agua de allí mismo cuando tenía sed”, relata. 

Sin embargo, el entorno empezó a deteriorarse en la década de 1990, cuando la industria y la construcción cogieron impulso. El agua de escorrentía de los cultivos del área de Hetao, que abarca 730.000 hectáreas, así como las aguas residuales procedentes de los hogares y las fábricas, que cada vez tenían más volumen, acababan virtiéndose en el lago. Además, en 2008 hubo una plaga de algas que acabó con el oxígeno del lago, rememora Liu. “Toda su superficie se volvió amarilla. Desde lejos, parecía un desierto”. 

Un nuevo comienzo

En 2019, el Ministerio de Hacienda, el de Recursos Naturales y el de Ecología y Medio Ambiente escogieron la cuenca de Ulansuhai Nur para ensayar un programa de salvaguarda y un sistema de gobernanza holísticos, que abarcaran todo el territorio. 

Según un informe de la agencia de noticias Xinhua de aquel mismo año, el proyecto piloto contó con una inversión de 5.600 millones de yuanes (712 millones de euros). Sus programas clave pasan por controlar la desertificación, recuperar zonas afectadas por antiguas prácticas de minería, preservar el agua y el suelo, proteger la biodiversidad, supervisar la contaminación agrícola y restablecer los cauces que conectan distintas masas de agua.  

El Gobierno de Bayannur asegura que la calidad del agua ha mejorado y que el número de aves que hay alrededor de Ulansuhai Nur ha aumentado. En concreto, anunció que de las 185 especies que se contabilizaron en el año 2000 se ha pasado a 264. Además, también ha crecido considerablemente el número de peces y de camarones.