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Cuidar el planeta, un ‘hobby’ adictivo
Un grupo de voluntarios planta árboles en las orillas del río Amarillo a la altura de Zouping, provincia de Shandong. 

Cuidar el planeta, un ‘hobby’ adictivo

Desde recoger basura hasta plantar árboles. En China existen más de 1,3 millones de programas de voluntariado destinados a proteger la naturaleza
HOU LIQIANG - 08 Feb 2023 8:00

En 2017, el alcalde de Gaoping pidió a una de las vecinas de la aldea que le ayudara a organizar un evento para celebrar el Día Internacional de la Mujer. Zhu Xianping, campesina de 58 años en esta localidad de la provincia de Shaanxi, se devanó los sesos durante días antes de dar con la idea: convocarían voluntarias para recoger basura en los alrededores del cercano río Shuanghe, situado en el pueblo del mismo nombre.

Aunque con un poco de timidez al principio, Zhu anunció su propuesta en una reunión de mujeres organizada por el comité de la aldea y pidió a las interesadas que apuntaran sus nombres y teléfonos en una hoja. Se inscribieron ocho. 

Desde entonces, la iniciativa ha evolucionado hasta convertirse en un evento que moviliza a más de 2.000 vecinos del pueblo de Shuanghe y también en un ejemplo de los muchos voluntariados que se están organizando por todo el país para proteger el medio ambiente. 

China avanza hacia la construcción de una “civilización ecológica”, un concepto impulsado por el presidente Xi Jinping que busca alcanzar un desarrollo equilibrado y sostenible basado en la convivencia armónica entre los seres humanos y la naturaleza. Los programas de voluntariado que trabajan en esta dirección han aumentado por toda la geografía china. 

Huang Runqiu, ministro de Ecología y Medio Ambiente, asegura que al menos el 40% de la población del país ha participado alguna vez en uno de ellos. Según especificó en junio en un foro que tuvo lugar en Shenyang, capital de la provincia de Liaoning, en China hay más de 1,3 millones de programas de voluntariado dirigidos a cuidar el medio ambiente, lo que supone el 20% de todos los que existen en el país. 

Cuando Zhu organizó su primera convocatoria para recoger basura, pensó que se trataría de algo puntual. Sin embargo, el número de interesadas empezó a crecer después de que publicara un balance de la jornada en un post de la plataforma WeChat. “Me pareció muy significativo que, después de leerlo, mujeres de otros equipos de la aldea quisieran unirse a nosotras”, explica. En la China rural, en cada bloque residencial hay un equipo dirigido por el comité de la aldea.

Tras el éxito cosechado, el grupo de Zhu decidió convertir la recogida de basura en una actividad regular todos los días 1 y 15 del mes. La iniciativa fue ganando peso y, a finales de 2018, ya participaban en ella 19 aldeas. Pese a que prácticamente ya no se ven desperdicios en el río, Zhu asegura que seguirán con su proyecto. 

Efecto dominó

En Linxia, provincia de Gansu, Kong Lingxi estaba tomando el té con sus amigos cuando uno de ellos propuso que aprovecharan su tiempo libre para hacer algo por la comunidad. De forma inesperada, aquella conversación informal acabó cristalizando en la creación de una ONG dedicada al medio ambiente. 

Como la familia de Kong poseía un terreno baldío en su pueblo natal, sus amigos sugirieron ir allí a plantar árboles. Días después, 40 de ellos acudieron a la finca y cubrieron de vegetación más de 10 mu, el equivalente a 0,67 hectáreas. Tras enterarse, el Comité de la Liga de la Juventud Comunista de Linxia pidió ayuda a Kong para organizar una actividad escolar destinada a plantar árboles. No solo asistieron cerca de 100 estudiantes, sino que fue cubierta por una televisión local. 

Desde 2014, cuando se creó la ONG, hasta el año pasado, más de 4.000 personas se han sumado a las tareas de reforestación. Gracias a ellas, 220 hectáreas de tierra cuentan ya con 100.000 árboles nuevos.