CERRAR

Este website está editado por el diario China Daily de la República Popular China, que asume toda la responsabilidad sobre sus contenidos

El futuro, en manos de los árboles
Una de las múltiples cascadas de la montaña Dinghu, conocida como “la joya verde del Trópico de Cáncer”.

El futuro, en manos de los árboles

La montaña Dinghu, primera reserva nacional de China, lleva más de un siglo fascinando a los científicos. Con un 98% de cobertura forestal, es un laboratorio de excepción para entender cómo funciona el secuestro de carbono
YAN DONGJIE - 04 Sep 2025 9:12

Muchas de las regiones del mundo que se encuentran en el Trópico de Cáncer son desérticas. Sin embargo, la Reserva Natural Nacional de la Montaña Dinghu supone un caso excepcional.

Con una cobertura forestal del 98%, este espacio protegido de Zhaoqing, en la provincia de Guangdong, alberga 2.291 especies de plantas superiores y 277 de aves. Los estudios científicos que se han llevado a cabo aquí han cambiado la manera de entender el secuestro de carbono y tenido repercusión en todo el mundo.

En la década de 1920, durante una investigación de campo, un grupo de científicos descubrió que la montaña Dinghu tenía una biodiversidad excepcional. Entre ellos estaba Chen Huanyong, el primer director del Jardín Botánico del Sur de China de la Academia de Ciencias de China (CAS, por sus siglas en inglés). Se dieron cuenta de que la zona era un banco natural de material genético de gran valor y fueron pioneros a la hora de reclamar su protección.

Gracias a ellos, en 1956 se convirtió en reserva nacional, la primera del país. “Entendieron que la Nueva China debía dar prioridad a la conservación de la naturaleza”, cuenta Xia Hanping, director de la oficina que gestiona hoy la reserva.

Desde aquellos inicios, varias generaciones de investigadores y guardabosques han recurrido a la ciencia para preservarla. “Al principio, la montaña Ding-hu estaba cubierta en un 82% por bosques no autóctonos y colinas sin vegetación. Sin embargo, después de que se reforestara y se limitaran los cultivos, la cobertura forestal supera el 98%”, señala Xia.

Según recalca, también se ha preservado la biodiversidad. “No es habitual que en una reserva nacional se descubran 17,8 especies nuevas por kilómetro cuadrado”, afirma, aludiendo a las 202 que se han identificado en Dinghu. De ellas, 44 hacen referencia al nombre del lugar, como Didymocarpus dinghushanensis o Lysimachia dinghushanensis. En 2018, una cámara infrarroja captó además la primera imagen de un pangolín chino tras llevar 30 años desaparecido.

Desde 1978, cuando la CAS creó la Estación de Investigación del Ecosistema Forestal de la Montaña Dinghu, el enclave pasó a ser uno de los 7.800 lugares de China destinados a recoger muestras para medir las reservas forestales de carbono. Gracias a la absorción de CO2 que realizan, los bosques son importantes sumideros de carbono, algo que se investiga para evaluar su papel contra el cambio climático.

Relevancia internacional

En 1999, la de la montaña Dinghu se convirtió en una de las primeras estaciones piloto del país que se dedicaron a observaciones científicas sobre el terreno. Esto la transformó en un punto clave para medir las reservas forestales de carbono de China y dio pie a numerosas publicaciones académicas que han tenido impacto en todo el mundo.

“Desde que, en 1997, se adoptó el Protocolo de Kioto, entender el funcionamiento de los sumideros de carbono ya no solo es una cuestión crucial para la ciencia y la ecología, sino también para la política y la economía internacional”, asegura Liu Juxiu, director de la estación.