Después de cuatro décadas como especie protegida, la población de ibis crestados en China ha pasado de contar con tan solo siete ejemplares a superar los 9.000. A su vez, el número de estos animales en todo el mundo ha ascendido a más de 10.000, según datos oficiales publicados recientemente.
Esta ave rara, en el pasado muy presente en el este de Asia, se vio mermada por culpa de la contaminación ambiental y de la actividad humana. En 1978, el ornitólogo Liu Yinzeng dirigió a un equipo del Instituto de Zoología de la Academia de Ciencias de China que viajó más de 50.000 kilómetros en busca de ibis crestados. Al temer que se hubieran extinguido en estado salvaje, recorrieron más de 260 hábitats de distintas provincias en los que antiguamente se encontraba la especie. En 1981 descubrieron que, en el condado de Yangxian, provincia de Shaanxi, había un par de ejemplares adultos y tres polluelos anidando en un árbol. En las inmediaciones hallaron también otros dos ibis de más edad.
Esfuerzos de recuperación
Con la inauguración del Centro de Cría y Conservación en Cautividad del Ibis Crestado en Yangxian, en 1990, se intensificaron los esfuerzos para aumentar la población de estas aves y fomentar su diversidad. Allí se les aplicaron técnicas de reproducción asistida, entre ellas la inseminación artificial. También se veló por la eclosión de los huevos o la cría de los polluelos. En 2004, China lanzó un programa que reintrodujo ibis crestados en el medio natural de Yangxian. Los ejemplares liberados se adaptaron bien. Consiguieron aparearse y reproducirse con aves salvajes. Desde entonces, se han liberado muchos en provincias como Shaanxi, Gansu y Hubei. Solo en Shaanxi hay ahora 6.654 de estos animales.