En el pasado, quienes vivían cerca del Parque del Humedal del Río Amarillo de Yinchuan solían evitar acercarse a él. Y con razón. En este rincón de la Región Autónoma Hui de Ningxia olía siempre mal por culpa de las aguas residuales de los desagües aledaños. La tierra, salina y alcalina, tampoco dejaba que creciera la hierba.
Sin embargo, todo eso ha cambiado. En la actualidad, el parque se ha convertido en un sitio agradable para pasear y en un refugio para aves migratorias.
Li Zhijun, secretario general de la asociación de observación de aves de Ningxia, es una de las personas que más intensamente han asistido a la transformación del parque. Según cuenta, el paraje atrae ahora a fotógrafos de todo el país interesados en la ornitología, al igual que lo hacen otros humedales de Ningxia situados en los márgenes del río Amarillo. Como consecuencia de la mejora del medio ambiente y de la ampliación de la superficie de los humedales, se han generado muchos más hábitats para aves migratorias.
El parque de Yinchuan es una pequeñísima muestra de los importantes logros que ha cosechado China en la conservación de sus humedales durante las últimas décadas, una tarea que ha sido posible gracias a la fuerte implicación del Gobierno central. Precisamente, este año se cumplen 30 años de la adhesión del país al Convenio de Ramsar sobre los Humedales.
Una civilización ecológica
“El entorno natural de los humedales ha mejorado a lo largo de los últimos 30 años gracias a los grandes esfuerzos que ha realizado el Gobierno chino desde distintos ámbitos para aplicar su concepción de desarrollo sostenible y civilización ecológica”, afirma Wu Zhimin, director del departamento de gestión de humedales de la Administración Nacional de Silvicultura y Praderas.
La “civilización ecológica” es un concepto impulsado por el presidente chino, Xi Jinping, que busca alcanzar un desarrollo equilibrado y sostenible basado en la convivencia armónica entre los seres humanos y la naturaleza. Pese a que tan solo un 4% de los humedales que hay en el mundo se encuentran en China, el país ha generado en ellos tanta vida y ecosistemas como para satisfacer a casi la quinta parte de la población de la Tierra, detalla Wu. La nación ha avanzado mucho para conservar estos ecosistemas y darles un uso sostenible. En 2003, el Consejo de Estado aprobó un plan nacional destinado a protegerlos durante el período de 2002-2030. Desde entonces, el Gobierno ha destinado 19.800 millones de yuanes (2.720 millones de euros) a conservar los humedales en tres planes quinquenales y ha puesto en marcha más de 4.100 proyectos para recuperarlos y salvaguardarlos.
Desde 2016 y hasta el año pasado, después de analizar el estado en el que se encontraban y paliar los daños que habían sufrido, China también implementó medidas para proteger los humedales de forma integral. De hecho, el Parque del Humedal del Río Amarillo de Yinchuan es hoy un paraíso para aves gracias a un proyecto de depuración que el Gobierno local comenzó a aplicar en 2018.
De acuerdo con la Administración Nacional de Silvicultura y Praderas, se han creado alrededor de 1.600 parques de humedales y más de 600 reservas naturales por todo el país, al tiempo que 64 humedales de China han sido declarados de importancia internacional. Cerca del 53% de los humedales de todo el país gozan en la actualidad de protección oficial.
Declaración de Wuhan
El 6 de noviembre se publicó de manera oficial la Declaración de Wuhan, mediante la que los socios con derecho a voto del Convenio de Ramsar sobre los Humedales se comprometen a movilizar más recursos para proteger estos parajes de cara a 2030. Entre los propósitos recogidos en el documento, que se elaboró durante la XIV Reunión de la Conferencia de las Partes Contratantes en Wuhan y que supone un importante logro, figuran impulsar la cooperación internacional para compartir conocimientos técnicos, priorizar la salvaguarda de ecosistemas vulnerables o promover legislaciones que garanticen su conservación y sostenibilidad.
Con información de Xinhua y Li Hongyang