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Mucho más que plantar frutales
Una agricultora recoge castañas en el condado de Kuancheng durante la cosecha del pasado septiembre. 

Mucho más que plantar frutales

Según la FAO, el sistema tradicional de cultivo de castaños de Kuancheng tiene perspectiva ecológica, dimensión social y valor simbólico. Desde 2023, forma parte del patrimonio agrícola mundial
ALEXIS HOOI Y ZHANG YU - 30 Jul 2024 12:50

Liu Jingyi tiene 79 años y pertenece a la quinta generación de una familia dedicada al cultivo del castaño. Cuando era pequeño, solía jugar en la plantación y subirse a los árboles. “Teníamos uno enorme, de más de 600 años, que formaba parte de nuestra vida”, recuerda.

La aldea de Aiyukou, donde vive, se encuentra en el condado autónomo manchú de Kuancheng, provincia de Hebei. Es una localidad de referencia en el cultivo de castañas. Más de 400 hogares del pueblo gestionan casi 700 hectáreas de árboles, muchos de ellos centenarios, que producen al año 1.000 toneladas de frutos.

Kuancheng alberga cerca de 50.000 hectáreas de estos frutales, que generan anualmente 860 millones de yuanes (111 millones de euros), según las últimas cifras del sector. Los habitantes están, con razón, orgullosos de sus castañas. Dulces y robustas, crecen gracias a técnicas agrícolas que ya se utilizaban en tiempos de la dinastía Han (206 a. C.-220). En el condado hay además dos árboles icónicos. Fueron plantados en el año 1303 y todavía dan frutos.

En noviembre de 2023, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) incluyó el sistema tradicional de plantación ecológica de castaños de Kuancheng en su lista de Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial. Al hacerlo, citó su rico contenido cultural, que “encarna la visión ecológica del respeto a la naturaleza y la forma de organización social que promueve la producción agrícola”. Desde 2005, la FAO ha introducido al menos 86 sistemas de 26 países en esta lista. Con sus 22 entradas, China se convirtió el año pasado en el país del mundo con más presencia en ella.

“El cultivo del castaño, que ha evolucionado a través del tiempo, se basa en terrazas distribuidas de forma racional, así como en pozos, canales de riego personalizados y fertilizantes y plaguicidas naturales. También se sirve de cultivos complementarios, como setas y cereales, y de aves de corral, que se crían en libertad bajo los árboles. Todo el conjunto configura una tradición agrícola integral de ciclo cerrado, eficiente y ecológica, que se ha transmitido de generación en generación”. Así lo explica Shang Heli, director de cultivos económicos de la Oficina de Agricultura y Asuntos Rurales de Kuancheng, que estuvo muy involucrado en conseguir que la ONU reconociera el sistema.

Comercio electrónico

Poco a poco, la castaña del condado ha ido adquiriendo un “valor simbólico”, como demuestra la cultura alimentaria que gira a su alrededor. Según la ONU, “no solo ha de considerarse un alimento básico, sino también un fruto y una medicina”. En la zona se relacionan los castaños con la buena suerte. Además, han generado diversos relatos y leyendas. Todo ello, unido al empeño de los agricultores y a la existencia de ejemplares centenarios, los convierte en símbolos históricos y culturales, argumenta la organización.

En la actualidad, los habitantes de Kuancheng recurren a la última tecnología para promocionar sus castañas dentro y fuera de China. Liu Jianxia, empresaria local de 40 años, tiene tres tiendas que contribuyen a recaudar más de 2 millones de yuanes (257.000 euros) al año. Además de utilizar el comercio electrónico, tiene equipos modernos de procesado y ofrece envoltorios atractivos para conectar con los consumidores. “Las castañas nos han dado muchas cosas buenas. Compartirlas con el resto del mundo nos parece lo natural”, asegura.