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Un ambicioso seguro de vida
Un científico fotografía plantas en el Everest, llamado Qomolangma en China.

Un ambicioso seguro de vida

El Banco de Germoplasma de Especies Silvestres de China conserva más de 85.000 semillas de plantas. Si se produjera un desastre natural, permitiría restituir gran parte de la vegetación
YANG WANLI Y LI YINGQING - 23 Dic 2021 17:23

Para los científicos, invertir cientos de millones de euros en conservar semillas y otros materiales genéticos de plantas está más que justificado, ya que se trata de un salvavidas para el futuro. “Si el mundo se acabara algún día, esto permitiría mantener la esperanza de un nuevo comienzo de vida en la Tierra”, afirma Li Pei, empleada del Banco de Germoplasma de Especies Silvestres (GBOWS, por sus siglas en inglés) en la provincia de Yunnan, al suroeste de China.

El Informe Planeta Vivo 2020, publicado por la organización internacional WWF, advirtió de que más de un millón de los ocho millones de especies de plantas y animales que se estima hay en nuestro planeta está en peligro de extinción. La pérdida de los hábitats, la explotación, el cambio climático y la contaminación figuran entre las principales causas. Numerosos indicadores, como el Índice Planeta Vivo de la Sociedad Zoológica de Londres, aseguran que entre 1970 y 2016 menguaron cerca del 68% de las casi 21.000 poblaciones de vida salvaje que hay en la Tierra.

Una inversión de futuro

La rápida pérdida de biodiversidad y de recursos de germoplasma son dos de los factores fundamentales que han propiciado la creación de bancos de semillas. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, más conocida como FAO, en la actualidad existen 1.750 de ellos en el mundo. Para Li, son “cruciales” para preservar la diversidad biológica. “Cuantas más colecciones tengamos, más posibilidades tendremos de salvar plantas y animales, especialmente si están en peligro crítico de extinción”, explica.

Fundado en 2007, GBOWS es un centro de investigación y conservación de plantas y animales raros y amenazados. Se trata de la única institución de este tipo completamente dedicada a almacenar recursos de germoplasma de especies salvajes que hay en China y también de la más grande de Asia en términos de especies. Desde un punto de vista estratégico, estos activos resultan esenciales para la seguridad agrícola de todo el mundo.

GBOWS depende del Instituto de Botánica de Kunming, que a su vez está integrado en la Academia de Ciencias de China. Comprende un banco de semillas, una unidad de micropropagación, un banco de ADN vegetal, otro microbiano con sede en la Universidad de Yunnan y un último de germoplasma animal ubicado en el Instituto de Zoología de Kunming. También cuenta con laboratorios de investigación experimental en genómica vegetal y biología de las semillas.

GBOWS conserva 85.046 muestras de semillas pertenecientes a 10.601 especies, 24.100 ejemplos de tejido de 2.093 especies, 65.456 muestras de ADN de 7.324 especies, 22.800 cepas de 2.280 microorganismos y 60.262 muestras biológicas de 2.203 razas de animales salvajes y domésticos.

Medidas contra la extinción

“El banco funciona como una bóveda biológica que protege de la extinción a los organismos salvajes, especialmente a los que están en peligro o tienen un alto valor económico y científico”, relata Yu Fuqiang, subdirector de la entidad. “Puesto que los genes de la mayoría de las plantas se encuentran en sus simientes y los recursos de germoplasma son los portadores de su información genética, almacenar miles de semillas es la mejor forma preservar todo ello”, añade Li. Según cuenta, el banco ya conserva el 36% de las plantas con semillas que hay en China y sus cifras lo acercan por volumen al Millennium Seed Bank de Reino Unido, el más grande del mundo. “Jugará un papel clave en las investigaciones científicas del país sobre vida salvaje”, dice Li.

En un momento en el que dos de cada cinco especies de plantas chinas están en riesgo de extinción, se trata de una carrera contrarreloj. En el futuro, estas prácticas permitirán germinar y reintroducir estas especies en la naturaleza o usarlas para investigaciones científicas dirigidas a encontrar alimentos y medicinas para los humanos, entre otras posibilidades.

Además de colaborar con 105 institutos de investigación y centros de conservación de todo el país, GBOWS trabaja con socios internacionales –entre ellos, el Kew Gardens de Reino Unido–  para preservar, investigar e intercambiar muestras entre distintos territorios. En la actualidad guarda 2.176 colecciones procedentes de 45 países, y cada una de ellas contiene miles de semillas individuales. Según explica Li, conservarlas por duplicado resulta muy útil en caso de que las originales se destruyan por culpa de desastres naturales, accidentes o guerras.