En sus 75 años de historia, la República Popular China ha realizado grandes esfuerzos para evolucionar, garantizar la estabilidad social y alcanzar el milagro económico. En la marcha hacia el progreso que entraña la nueva era, el país trata de cumplir uno de sus sueños: revitalizar la nación a través de la modernización y el desarrollo pacífico. Con la vista puesta en el avance de la humanidad, China mantiene el compromiso de utilizar su propia prosperidad para contribuir a la paz mundial y al desarrollo internacional.
Yasir Habib Khan, presidente del Instituto de Relaciones Internacionales e Investigación de Medios de Pakistán, recalca que el país ha trabajado duro para evitar conflictos y promover la estabilidad en Asia, Oriente Medio y Europa, entre otras regiones.
En la década de 1950, durante la Guerra Fría, China formuló los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica, que desde entonces han guiado sus relaciones internacionales y que forman parte de su Constitución: respeto mutuo por la soberanía e integridad territorial de cada Estado, no agresión recíproca, no injerencia en asuntos internos de otras naciones, igualdad y beneficios para todos, y coexistencia pacífica.
“El actual objetivo de China de construir una comunidad con un futuro compartido para la humanidad es la mejor manera de garantizar que estos valores sigan vigentes y se adapten a nuevos escenarios”, señala Khan.
Referente en diplomacia
La imparcialidad y la diplomacia pacífica por la que apuesta China para resolver situaciones difíciles destaca en el mundo de hoy. Beijing, mediadora en distintos enfrentamientos y promotora del diálogo, ha desempeñado un papel constructivo en la crisis de Ucrania, en cuestiones relacionadas con la península de Corea, Irán, Myanmar y Afganistán o en el conflicto entre Palestina e Israel.
La Declaración de Beijing, un llamamiento a favor de la unidad que firmaron 14 facciones palestinas en julio en la capital china, convirtió al país en referencia de la diplomacia internacional. Además de suponer un gran paso para la paz y la estabilidad en Oriente Medio, el documento es el primer acuerdo interno de reconciliación palestina que se cierra con la ayuda de un Estado que no pertenece al mundo árabe, lo que ha llevado a China a cosechar elogios por su papel de mediadora. “Su imparcialidad, libre de intereses particulares, ha generado cada vez más confianza por parte de la comunidad internacional”, afirma Khan. Se trata, además, del país que más tropas aporta a las misiones de paz de Naciones Unidas y del segundo que más contribuye desde un punto de vista financiero.
En el informe del XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China, celebrado en octubre de 2022, el presidente del país, Xi Jinping, recordó que China no tomará los viejos senderos de la guerra, la colonización y el saqueo en su camino hacia la modernización. “Nos debemos a la paz, el desarrollo, la cooperación y el bien común”, señaló. “Nos esforzaremos por mantener la paz mundial y el progreso internacional mientras trabajamos en nuestro propio desarrollo. El avance de nuestro propio país nos permitirá aportar cada vez más al mundo”.