La diplomacia china florece en primavera, como demuestran las múltiples visitas que han realizado mandatarios extranjeros a Beijing y los avances que ha conseguido el país mediando en asuntos espinosos. Aún así, China no está “sacando músculo” en geopolítica ni tiene interés en confrontar políticamente con otras grandes potencias, señalan los analistas.
Los progresivos diálogos que, liderados por Xi Jinping, está llevando a cabo la nación, son “la respuesta natural y oportuna a la necesidad que tanto China como el resto del mundo tienen de revitalizar la economía y abordar las situaciones que hacen peligrar la paz en la era postpandemia”, afirman.
Tras la celebración de la tradicional Fiesta de la Primavera, el mundo ha visto cómo distintos dirigentes extranjeros acudían a China para reunirse con el presidente Xi. Entre ellos, los líderes de Bielorrusia, España, Malasia, Singapur, Francia, la Unión Europea o Brasil.
Los encuentros han cosechado “fructíferos resultados”, como el acuerdo firmado por Beijing y Singapur para reforzar sus relaciones, o el cerrado con París para estrechar la colaboración entre China y Francia en diferentes sectores y asuntos internacionales.
Los esfuerzos de mediación para la paz que está llevando a cabo Beijing también fueron noticia en marzo, cuando el país organizó un diálogo histórico entre Arabia Saudí e Irán, que habían roto relaciones hacía siete años.
Liu Qing, vicepresidente del Instituto de Estudios Internacionales de China, cree que la reciente diplomacia china bien podría describirse como “una flor que brota en primavera”. Según apunta, es tradición en la política exterior del país extender la alfombra roja a líderes foráneos y enviar también delegaciones al extranjero después de cada Año Nuevo Chino.
“Este año, Beijing ha invitado y recibido a dirigentes de diversas naciones del Sudeste Asiático y de Europa, entre otras regiones. Algunos son países desarrollados y otros, en vías de desarrollo”, explica Liu. En su opinión, estas decisiones “ponen de manifiesto que existe la voluntad de construir un círculo de confianza que sea inclusivo y tenga largo alcance”.
Tras haber propiciado la gran reconciliación entre Irán y Arabia Saudí, los expertos subrayan que China ha demostrado de largo el poder y la destreza que tiene para avanzar hacia la paz.
El pasado 11 de abril, durante el transcurso de una reunión con el consejero de Estado y ministro de Relaciones Exteriores chino, Qin Gang, la secretaria general adjunta de Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz de Naciones Unidas, Rosemary DiCarlo, destacó la importante contribución que había hecho China a la promoción de la paz y la seguridad internacionales y agradeció al país su firme apoyo a la ONU.
La rapidez con la que Beijing está reanudando sus encuentros políticos, económicos y culturales con el resto del mundo coincide con la recuperación económica de China, impulsada desde el primer trimestre de este año, señalan distintos observadores.
Reforzar lazos con la UE
El presidente del Banco Mundial, David Malpass, afirmó el pasado 10 de abril que, teniendo en cuenta las buenas expectativas que hay, la multinacional ha revisado al alza las perspectivas de crecimiento para China en 2023, que pasan de un 4,3% a un 5,1%. En concreto, los analistas están impresionados por la velocidad con la que China y la UE reanudan y refuerzan sus lazos políticos y económicos.
Coincidiendo con la visita de Macron, la francesa Airbus firmó un acuerdo con China Aviation Supplies Holding Company y cerró un pedido para fabricar 160 nuevos aviones. Por otro lado, cuando la presidenta de la Unión Europea, Ursula von der Leyen, visitó a Xi en Beijing, le comunicó que estaba radicalmente en contra de desarticular y seccionar las cadenas de suministro y se mostró favorable a reforzar el diálogo y las relaciones con China.